Donde Gakushū tiene un admirador secreto que firma bajo el nombre de "1.11" o donde Karma piensa que Gakushū es demasiado tonto por no descifrarlo.
»Creditos de la preciosa portada a @Markil_Fox
No. 1 en #gakushu el 22/06/23
No. 2 en #asakaru el 13...
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Luego de que el receso terminara, Gakushū pasó por su casillero a tomar algunos libros que necesitaría antes de volver al salón de clases. Al llegar, los Cinco Grandes conversaban en susurros; reían y miraban de reojo a Karma, quién a tan solo una silla -la suya- de distancia, garabateaba sobre su cuaderno sin prestar atención.
Si había algo que odiaba, era a los cobardes que hablaban a espaldas de otros y no tenían el valor suficiente para decir las cosas de frente. Sabía de sobra que se pondrían a tartamudear de inmediato al enfrentarse, fuese a palabras o golpes, con Akabane. Bola de hipócritas.
-¿Qué es tan gracioso? -preguntó cuando se sentó en su lugar, llamando la atención de los otros cuatro chicos.
-Nada, nada -Ren le restó importancia, aún con una ligera sonrisa en su rostro.
-Solo tengan cuidado -advirtió. Los chicos lo miraron extrañados, esperando una explicación-... de no morderse la lengua cual perros rabiosos.
No se necesitó ni una palabra, ni un gesto más para saber que el ex-presidente les pedía -¿U ordenaba?- que se callaran. Algunos bufaron diciendo que se les había acabado la diversión, pero ninguno se atrevió a dirigirle la palabra a Asano; ni siquiera Sakakibara.
Pudo notar, sin embargo, que el oji cobre lo miraba de reojo. Le regresó la mirada, expectante, pero Karma solo la apartó sonriendo y negando levemente con la cabeza para seguir con lo suyo.
-Buenos días, niños -la profesora de Lengua entró al aula con una sonrisa; una de las pocas que los profesores les regalaban-. ¿Cómo van sus clases? -preguntó, pero solo algunos alumnos del frente respondieron.
Los alumnos que habían estado en Kunugigaoka antes de la preparatoria no estaban acostumbrados a tanta amabilidad de parte de sus profesores, incluyendo a los Cinco Grandes, así que solo sacaron sus libros en silencio.
-Hoy hablaremos del resto de los elementos del proceso de comunicación. ¿Alguien puede recordarme todos los elementos? -Naturalmente, todos alzaron la mano-. Excelente... Kota.
-Emisor, mensaje, canal, código, ruido y receptor -dijo el nombrado con seguridad, y todos bajaban la mano luego de oir la respuesta correcta.
-Excelente. Si no me equivoco... nos quedamos en el código la última clase, ¿cierto? Muy bien -se giró para comenzar a escribir en el pizarrón-. El código es uno de los elementos más importantes; si no compartimos un código entre emisor y receptor, el mensaje no puede ser transmitido de manera correcta.
Gakushū anotaba algunas palabras clave en su cuaderno y escuchaba atentamente la clase cuando una sombra a su lado se movió. Por el rabillo del ojo miró a Akabane, quién se levantaba de su asiento y caminaba para luego salir de la clase... Así sin más.
La profesora río ligeramente y negó con la cabeza ante la naturalidad del pelirrojo, pero continuó explicando sin detenerse.
-Por ejemplo -siguió-, el código puede ser tan simple como un mismo idioma, o el lenguaje escrito u oral. O, puede ser un poco más complicado, como el código binario. Incluso podemos codificar un mensaje con números y letras. Si les doy una secuencia de números -escribió "8, 15, 12, 1" en el pizarrón-, al transformar cada uno en su equivalente del alfabeto, ¿Qué obtenemos?