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Así que lo hizo; Gakushū dejó de molestar a Karma

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Así que lo hizo; Gakushū dejó de molestar a Karma. Dejó de intentar explicarle y se esforzó en crear un plan para que este lo perdonara, para que Takeshi los dejara en paz y no tuviera credibilidad ante la familia Akabane ni ante nadie y, lamentablemente, para ello necesita a una persona en específico. 

Había pasado ya más de un mes desde la última vez que había hablado con Karma. Ahora era domingo 03 de marzo; los parciales comenzarían al día siguiente y al fin era hora de llevar a cabo su plan, en el que tanto había trabajado.

—¿Puedo pasar? —tocó la puerta de madera, esperando una respuesta.

—Entra.

El menor abrió la puerta y entró al despacho de su padre con la cabeza en alto; ya había perdido toda su dignidad al pedirle volver a casa, lo que iba a decir en aquel momento no era mucho más grave.

—¿Cómo estás?

—Como si realmente te importara, Gakushū-kun —su padre no apartó su mirada de la computadora en ningún momento—. Ve al grano.

—Necesito un favor.

[...]

El lunes 04 de marzo llegó increíblemente rápido para todos los alumnos de Kunugigaoka. En los pasillos se podían ver jóvenes con un vaso de café en una mano y un libro en la otra; estresados, nerviosos. Gakushū, por su parte, estaba relajado y sonriente. Él estaba listo, sabía qué puesto obtendría y, mucho más importante para él en ese momento, sabía cómo se ganaría de nuevo la confianza de Karma y cómo destruiría la credibilidad de Takeshi Shioto.

—Te ves confiado, Asano —hablando del rey de Roma, el pelinegro lo encaró en el pasillo principal—. ¿Por qué tan feliz? ¿Al fin olvidaste a… ya sabes quién? —susurró fingidamente, con una sonrisa socarrona.

—Habla estupideces mientras puedas —sonrió—. El que ríe al último, ríe mejor.

—¿Es una amenaza? —alzó una ceja de forma retadora.

—Puede ser que sí, puede ser que no… Yo no soy tan imbécil como para revelar mi siguiente movimiento; ese fue tu error. Verás, algunos podemos esperar un poco más con tal de obtener lo que queremos —comenzó a caminar—. Suerte en tus exámenes, Takeshi-kun.

Sin esperar una respuesta, continuó su camino con una sonrisa triunfante, misma que se borró cuando vio el inconfundible cabello de Karma, quien se disponía a subir las escaleras hacia el aula mientras hablaba con un par de chicas de la Clase C. Como si lo hubiera llamado, Akabane giró su cabeza para mirarlo, le dedicó una sonrisa triste y volvió a dirigir su vista a su par de amigas.

Tal vez ya sabía cómo recuperaría a Karma, cómo arreglaría las cosas que él mismo había roto, pero eso no significaba que no le dolía ver al pelirrojo rondando por la escuela. Lamentablemente, no podía hacer nada para evitarlo; estaban juntos en clase, tenían deportes juntos, vivían cerca, se encontraban en los pasillos, en el receso y hasta a veces en el baño.

Su pecho dolía cada vez que el oji cobre le dedicaba esa mirada condescendiente y esa sonrisa apagada. Él quería verlo sonreír y que sus caninos sobresalieran de sus labios, quería que le doliera el estómago de tantas carcajadas, quería ver películas con él para luego quedarse dormidos y abrazados en el sofá, quería besarlo y acariciar su cabello.

Dió una fuerte respiración y se llenó de la confianza y la ambición con la que se había despertado esa mañana. Pronto la vida volvería a sonreírle… o tal vez no, pero si Karma estaba con él, eso no le importaría.

Mucho más relajado, siguió su camino y subió las escaleras hacia el aula de la Clase A, donde tomarían los primeros exámenes del día, donde comenzaría su venganza contra Takeshi, y el plan para recuperar a su lindo novio.

El salón ya estaba repleto de sus compañeros; todos con miradas determinadas y rostros ojerosos de tanto estudio. Todos menos los Cinco virtuosos, Karma y él mismo, quienes parecían estar confiados de sus habilidades.

Caminó hasta su asiento, entre Akabane y su mejor amigo, y se sentó mirando al frente, preparándose mentalmente para lo que estaba a punto de pasar.

—Buenos días, alumnos. —El mismísimo director entró al aula. Pudo sentir el ambiente ligeramente más tenso; era de lejos el docente más estricto y exigente, no era ningún secreto—. Hoy seré su tutor. Vigilaré todos los exámenes que se realicen el día de hoy en esta aula. Comenzarán con Matemáticas.

Un suspiro colectivo resonó entre esas cuatro paredes. Todos estaban agradecidos de que el primer examen fuera uno de los más difíciles; si tuvieran que resolver ecuaciones al final del día, estaba seguro de que muchos fallarían debido a la fatiga.

Por el rabillo del ojo, vio a Karma sonreír socarronamente mientras giraba su lápiz entre sus dedos como muestra de confianza. Se sintió bien al verlo sonreír, con su usual confianza y actitud de superioridad.

Lo imitó, sonriendo con la seguridad que siempre lo caracterizaba ante los exámenes.

—Te ves feliz —murmuró Ren a su lado mientras los alumnos de los asientos de adelante se encargaban de que las páginas pasaran hacia atrás de mano en mano—. ¿Alguna razón en específico?

—Ya verás —lo miró con una sonrisa, antes de mirar de reojo a Karma—. Ya verán todos.

—Eso suena a competencia —susurró, tomando su examen—. Me alegra que se hayan arreglado.

Gakushū decidió no decir nada al respecto. Seguramente Sakakibara pensaba que Karma y él habían solucionado sus problemas y estaban compitiendo por sus calificaciones, como siempre solían hacer. Ciertamente, le dolía saber que no era así, pero no podía explicarle su plan, ni siquiera a su mejor amigo, porque ni siquiera él estaba seguro de qué estaba haciendo.

—A partir de este momento, les pido silencio total —el adulto sonrió—. Mucha suerte, aunque si estudiaron lo suficiente estoy seguro que no la necesitan. Demuestrenle al mundo porqué son la Clase A; la élite de la élite —animó.

El ambiente se hizo más ligero por unos segundos; el director también era el mejor cuando de motivación se trataba y a todos les gustaba escuchar que eran los mejores.

Cuando las cinco hojas de examen estuvieron al fin frente a Gakushū, en su mesa, suspiró y se preparó para hacer algo que jamás había hecho antes.

Cuando las cinco hojas de examen estuvieron al fin frente a Gakushū, en su mesa, suspiró y se preparó para hacer algo que jamás había hecho antes

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Helloo! ¿Cómo están? ¿Ya salieron de vacaciones? Yo sí, justo por eso ya se me andaba olvidando actualizar 🤡

¿Cuál creen que es el plan de Gakushū? Les leo 🧐

Cuéntenme qué harán en navidad (sí, soy chismosa y qué). Yo iré a la playa, espero poder actualizar desde allá JSJAJAJJA.

—Les ama muchísimo, su bestie que les hace llorar y enojar con cada cap, Jenn ❤️

1.11 [Karushuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora