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Lamentablemente, no todo en la vida era color de rosa, y la felicidad de Gakushū no podía durar para siempre; él lo sabía, pero no podía creer la manera en la que las cosas podían derrumbarse tan rápido

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Lamentablemente, no todo en la vida era color de rosa, y la felicidad de Gakushū no podía durar para siempre; él lo sabía, pero no podía creer la manera en la que las cosas podían derrumbarse tan rápido. No ese día, no navidad; no el cumpleaños de Karma.

—¿Y? —respondió con voz temblorosa, arrebatandole a su padre la foto que sostenía.

La miró un par de segundos y recordó ese momento exacto; se había sentido tan infinito e... Invencible. Quiso burlarse de sí mismo, sintiéndose completamente estúpido al no haber verificado que nadie hubiera estado alrededor.

—¿"Y"? —repitió—. Gakushū-kun, yo creí que eras más listo. Ya veo que no. —Negó con la cabeza.

—¿Tú tomaste la foto?

—¿Yo? ¿Realmente crees que les tomaría una foto, a ti y a Akabane-kun juntos, besándose en un aula vacía de mí escuela, y no les diría nada en su momento? Por favor. —Chasqueó la lengua—. Cómo la conseguí no es lo importante.

—No, no es importante porque no te incumbe; puedo hacer mi vida como yo quiera, salir con quien yo quiera y tú no tienes porqué meterte.

—No, no puedes —habló tranquilamente.

Gakushū sintió la rabia fluir por su cuerpo. El mayor le hablaba como a un niño, a un chiquillo que no entendía nada; estaba completamente convencido de lo que estaba diciendo y de que estaba en lo correcto, como siempre.

—¡Tú no puedes hacerme esto! —jadeó—. ¡Es mi vida!

—Exactamente. —Le dió la razón—. Es tú vida, y como tú padre, no voy a dejar que la arruines.

—No te entiendo, en verdad. —Apretó los puños—. Karma es la persona más inteligente que conozco, es dedicado, justo, viene de una familia rica, es bien parecido; no entiendo cuál es tu pero. No hay mejor persona que…

—Estuvo en la Clase E, Gakushū —gruñó, olvidandose de formalidades. Por primera vez, el menor estaba siendo regañado por su padre, no por el director—. Es un delincuente.

—¡Que no obedezca tu estúpido sistema educativo no lo hace un delincuente!

—Para mí, sí. —Su voz era firme, como la de un juez dictando una sentencia de muerte—. No vas a salir con él. Te lo advertí varias veces y creí que lo habías entendido.

—Pues no. No lo entiendo, padre. —Soltó con odio. Fijando sus orbes violetas sobre los de su progenitor—. No vas a hacerme esto otra vez, estoy harto de hacer todo para complacerte y no recibir nada a cambio.

El mayor alzó una ceja, con una expresión confundida pero intrigada que Gakushū había visto solo un par de veces en su vida.

—¿Quieres dinero a cambio de dejar a Akabane-kun?

1.11 [Karushuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora