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Su cabeza se fue hacia atrás, y, negó apretando fuertemente sus labios, reprimió un grito cuando sintió el espasmo en su bajo vientre, las contracciones eran cada dos segundos.

Su respiración era irregular, a JiMin le costaba respirar, llenaba sus pulmones de aire cada un segundo pero no era suficiente, su pecho subía y bajaba muy rápido, su cuerpo entero se encontraba en un colapso por la maldita excitación.

Levantó la mirada viendo a la cámara, el sonido de la plata simulando que caía era lo que necesitaba para recobrar fuerzas. Una enorme sonrisa creció en sus labios al ver que en la pantalla no se veía otra cosa que no sea las barras de color amarillo que indicaban el dinero ganado.

— Chicos — los llamó en un gemido, haciendo el vago intento de cerrar sus piernas, — ayúden...me.

Rogó y otra gota de cera cayó justo en su pezón. Se retorció en el sillón, dando un pequeño salto por el ardor en esa zona tan sensible. Cerró sus ojos y sostuvo con fuerza sus manos contra el sofá, le dolía como el infierno, pero solo una gota era necesario para hacerlo temblar.

— No, ¿Chicos, quién fue? — preguntó en un suspiro. Abrió su boca al sentir como el dildo chocó contra su culo, queriendo ingresar en su hoyo. — Vamos, quería terminar para hablar un rato con ustedes.

Era una vil mentira, JiMin no quería terminar, le gustaba como las personas detrás de la pantalla se morían por verlo, pero le encantaba más como gastaban su dinero en él.

Con la ayuda de la otra persona en la habitación, JiMin pasó su mano por el pene de goma, cubriéndolo con lubricante. Respiró hondo viendo la pantalla, alguien había dado otros 100 tokens para que la máquina estuviera activa por 10 segundos.

Sonrió a la cámara, abrió sus piernas  y echó su culo hacia adelante, guío el pene a su entrada, buscando por un par de segundos el hueco. Al saber su ubicación, lo introdujo con lentitud, mordió la punta de su labio al tenerlo adentro.

—¿Acaso me quieren ver sufrir? — Preguntó luego de ver al televisor, todos los user estaban pidiendo por más gotas de cera. — Oh, si — jadeó al momento en que la máquina aumento las penetradas, — como deseo que uno de ustedes sea quien me dé y no este jugue... Oh mierda... Si...

Sus ojos se echaron para atrás justo cuando el pene tocó su punto, hizo una bonita mueca de dolor y alguien no dudó en mandarle 500 tokens. JiMin sabía que tenía que contestar los mensajes privados y los que tenía en la sala de chat, pero nuevamente la contracción en su vientre bajo le impidió hacer un movimiento. Estaba que se corría y ni siquiera había tocado su pene en lo que llevaba de transmisión. Estaba agradecido de que ya estuviera configurado el responderle a los usuarios que le mandaban tokens.

Ese sonido le fascinaba a JiMin, escuchar el dinero que caía era maravilloso, uno tras otro y otro solo le indicaban que estaba haciendo un buen trabajo.

Pero justo cuando el tiempo se le iba a acabar, otra persona lo activó por 1 minuto, le habían mandado de golpe 500 tokens, solo para ver cómo entraba el dildo en su culo con la máxima velocidad.

— Chicos estoy cansado, ¿Quien vota por qué acabemos ya? — preguntó haciendo una mueca, el culo ya le dolía, JiMin en ese momento quiso terminar la transmisión, tenía ocho horas postrado en ese sillón, ocho horas con el juguete encendido dentro de su culo porqué no faltaba el maldito que llegó de último y lo quería ver gemir. — Vamos, voten, no me dejen solo.

Tragó duro agarrando el mouse, buscando la encuesta que siempre manda cada que hace shows, JiMin no era estúpido, sus seguidores siempre pagaban lo establecido, y por eso subía el precio todos los días.

𝐖𝐞𝐛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora