14: Dejarse llevar

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Karina

Tras unas horas en la cama sin hacer nada, que incluso me quedé dormida en su pecho, decidimos levantarnos porque las chicas estarían a punto de llegar.

Nos dimos una ducha rapida y sí, por separado, o sino se nos alargarían aún más las horas.

—¿Y ahora? ¿Qué vamos a hacer? —preguntó ella confundida mientras se abrochaba el pantalón.

—No estoy segura...

Me pasé la toalla por el pelo intentando secármelo.

—¿Qué quieres hacer tú?

¿Que quiero hacer yo? Esa es una muy buena pregunta.

—Quiero disfrutar esta semana... —contesté.

Ella esbozó una sonrisa y se acercó a mí.

—Entonces eso haremos. Vamos a dejarnos llevar si es eso lo que quieres.

—Pero las chicas...

—Oh, tranquila. No voy a besarte ni nada de eso, no quiero hacer la situación incómoda.

Ella se puso la camiseta de manga larga y me quedé mirándola mientras se la ajustaba. ¿Sabes ese momento en el que alcanzas algo y ya no puedes retroceder? Así me sentía.

Minjeong estaba distraída en ese momento cuando me acerqué a ella y la agarré del cuello de la camiseta atrayéndola directa a mis labios.

La besé con intensidad pero lento, muy lento. Ella me siguió el beso aún sabiendo que aquello le habría sorprendido bastante. Tras unos segundos me separé y vi su rostro de confusión.

—Puedes seguir besándome —aclaré dándole otro beso—, pero no lo hagas frente a ellas. No aún.

—¿Aún? —preguntó.

—Simplemente haz lo que te digo.

—Esta bien —sonrió.

Agarró mi rostro y me dejó un suave beso en los labios.

Me sentía en una nube, una nube de algodón y felicidad... Por favor, deja que esto dure.

***

—¿Dónde habéis estado? —preguntó Giselle entrando a la cabaña junto a las chicas—. No habéis aparecido en todo el día.

Se quitaron los abrigos y los colgaron del perchero. Chaewon dejó un par de bolsas en la cocina.

—Al final encontré a Minjeong y fuimos a ver los alrededores.

—¿Vosotras dos solas? —preguntó Ryujin alzando una ceja.

Esta maldita sabía por donde iba.

—Sí, nosotras solas —reafirmó Minjeong—. ¿Hacemos la cena?

Ningning me dio una mirada confusa, a ella no se lo iba a poder ocultar... Es imposible.

Decidimos hacer pizzas para cenar. Las chicas habían hecho una compra rápida esta tarde y trajeron ingredientes para cocinar.

La verdad es que no sabia si toda esta situación me gustaba o me resultaba extraña. El hecho de haber hecho el amor con Minjeong hace unas horas y mentirle a todas mis amigas no sé si era bueno o malo, también de haber tenido algo con Minjeong aún sabiendo que se esfumó sin decirme nada. Bueno, quizá ya no pienso igual que antes después de saber que no fue elección suya. Aún así prefería no pensar en ese tema porque comían los nervios por dentro.

—Voy a darme una ducha —comentó Ryujin—, dadme una alegría con la pizza hecha al salir.

—Sí, señora. ¿Algo más? —ironizó Ningning.

once again | winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora