15: Secretos en reunión es de mala educación

884 131 6
                                    

Minjeong

Volver a sentirla entre mis brazos es un lujo que no sabía que volvería a tener ni por asomo.

Anoche nos fuimos a dormir, al principio fue raro, no incomodo pero sí extraño. Ella se puso en su lado de la cama y yo en el mío, cada una a lo suyo y ambas apartadas. Pero entonces, como si fuéramos imanes, las dos nos giramos para quedar frente a frente.

—Hola —le dije tímida.

—Hola —respondió.

Qué bien le sentaba la luz de la luna.

—¿Cómo va tu rodilla? —susurré.

—Ya no me duele tanto.

—Me alegro —sonrió.

—¿Tienes sueño?

—Hmmm —me hice la pensativa—, no mucho. ¿Y tú?

—Tampoco.

Nos quedamos unos instantes sin decir nada, simplemente ella estaba ahí mirándome y yo estaba observándola de vuelta. Ninguna pronunció palabra, no era necesario hacerlo. Entonces Karina, sin avisar, se acercó a mí y se recostó sobre mi pecho.

Qué vergüenza, probablemente escuchó mis latidos aumentar. Mis brazos empezaron a acariciar su espalda poco a poco, suaves caricias, movimientos lentos. Mi mano fue hasta su cintura entrando dentro de su camiseta del pijama y dejé un beso sobre su cabeza.

No recuerdo más, probablemente me dormí, pero lo que sentí esa noche era algo que llevaba mucho tiempo añorando.

Lo siguiente que recuerdo es un grito estridente de Giselle entrando al cuarto.

—¡A levantarse!

Ves, eso te pasa por entrar sin llamar.

—Ay Dios, perdón, no sabía que estabais... —dijo de inmediato al vernos abrazadas.

Karina y yo nos separamos del susto. Todavía no me había dado tiempo ni a darle los buenos días.

—Giselle, no estábamos haciendo nada —dije desperezandome.

Escuché a Karina reir y le di una sonrisa.

—Bueno, bajad en cinco minutos, hemos organizado una excursión.

Giselle nos dejó solas de nuevo. Me levanté para ir directa a la duchar pero al darle una mirada a Karina vi que seguía sobre la cama. Me acerqué hasta ella y le di un pequeño beso sobre su hombro.

—Buenos días —susurré. Ella me sonrió.

—Buenos días a ti también.

Entre la ducha, arreglarme y preparar las cosas, la siguiente vez que la vi fue en el salón. Ya estábamos todas listas para esa supuesta excursión.

—¿Dónde vamos a ir?

—Pues... —dijo Ryujin—. Espero que llevéis comida y bateria para todo el dia porque vamos a ver la auroras boreales... Así que no volveremos hasta tarde.

—Las auroras boreales —repitió Karina sonriendo—. ¡Voy a por mi cámara!

Sonreí al verla emocionada.

***

El sudor caía por mi frente, no sé cuanto tiempo llevaríamos caminando pero ya se había bajado el sol por completo.

—Vamos, tenéis que disfrutar de la magia de la naturaleza —dijo Ryujin mientras nos miraba.

—Pues que salga la magia a llevarme a rastras —contestó Ningning sofocada.

once again | winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora