Flashback 3

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—¿Dónde vives? —pregunté mientras caminábamos.

—¿Por? ¿Quieres venir a mi casa? —reí.

—No idiota, es para saber en que linea debemos coger el metro.

—Ouch —hizo el gesto de dolor.

—Llevamos todo el día juntas, ¿tanto te apetece seguir conmigo?

La miré unos segundos y ella sonrió.

—¿Y si digo que sí? ¿Vendrías a casa?

—¿Como sé que no eres una secuestradora y que me vas a matar? —pregunté.

—Porque sabes perfectamente que no lo soy, —se acercó a mí y quedó aún más cerca— y sabes que es lo que estoy pensando.

Esbocé una sonrisa y bajé la mirada.

—Minjeong, eres peligrosa —bromeé.

—¿Lo soy?

—Lo eres.

—¿Eso es que vienes?

Suspiré. Eso era un claro sí.

Apenas la conocía, no sabía nada de ella pero me había pasado todo el dia visitando un pueblo que ya conocía. No sé que me ocurre con ella, no sé que pasa en mi interior cuando ríe, cuando hace una broma, cuando me mira. Ella era diferente y no sabía exactamente por qué.

Minjeong me dijo donde vivía y la acompañé hasta la linea, al final terminé quedándome y yendo con ella. La zona donde tenía el piso era una zona céntrica, mas bien una zona alta lo cual me sorprendió. El alquiler de los pisos en este lugar era demasiado alto, no sé cual era su nivel económico pero ya solo con pagar este lugar lo hacía bastante alto.

—Es en esta calle —dije bajando del bus, después de haber cogido el metro.

—Ya me sitúo. Poco a poco —bromeó—. Mi casa está en ese edificio de allí.

—¿El Fontbelle? —pregunté sorprendida.

¿De verdad se hospedaba en ese edificio? ¡Era carísimo!

—Sí, ¿ocurre algo?

—No, no. Nada —reí—, es que es un edificio muy caro, me ha sorprendido.

—¿Tengo pinta de no tener dinero?

—No quería decir eso...

—Es broma, tengo ahorros. Más de lo que crees —sonrió.

—Siento haberme entrometido.

—¡Deja de sentirlo! Vamos.

Fuimos hasta el edificio y subimos las escaleras, ella insistió en subir en ascensor pero segun me dijo era un segundo y este edificio era tan bonito como para no observarlo detenidamente.

Al llegar a su rellano vimos a una señora mayor entrar a la puerta de enfrente con su perro.

—Hola jovenes —dijo sonriendo.

—Hola! —sonreímos.

—Con que tu eres la nueva inquilina, por fin te pillo por aquí —le dijo a Minjeong—. Mucho gusto, yo soy Emilia.

—Encantada Emilia, yo me llamo Minjeong.

—¿Y esta preciosidad? —me dijo, me ruboricé.

—Es una amiga, se llama Karina.

—Encantada Karina —sonrió—. Cuidaros mucho.

Nos despedimos y entró a su casa.

—Que señora mas agradable.

Cuando Minjeong me hizo pasar dentro me quedé petrificada. Esto era una locura, parecía la habitación de un hotel de lujo.

El sofá era enorme, tenia una televisión plasma frente a ella y una alfombra de estampado. Las paredes eran blancas y tenia varias plantas adornando los rincones del lugar.

—Esto es una pasada.

—A mi también me gustó cuando la vi. Es muy luminosa.

La miré confundida.

—¿Puedo preguntarte de que trabajas? Y no me digas que ahorros porque no me lo creo. Esto es...

Ella se rió y se sentó en el sofá.

—Digamos que viene de familia.

—¿Es una herencia?

Ella suspiró y me senté a su lado.

—Algo así. Si no fuera por ellos no estaría donde estoy.

—Perdona, de nuevo me he entrometido y... —interrumpió.

—Esta bien —puso su mano sobre mi muslo y sentí las mariposas en mi interior—. No te has entrometido.

Asentí como una imbécil sin saber qué mas decir, como si hubiera caído bajo un hechizo hipnótico.

—Mis padres murieron hace un año y medio, desde entonces todo fue un caos.

—Oh... Lo siento muchísimo Minjeong.

—Esta bien —sonrió—, supongo que te acabas acostumbrando. Desconectar también ayuda, no te imaginas cuanto.

—Igual debe ser duro.

—Lo es —sonrió—, pero no te traje aquí para hablar de esto.

—¿Y bien?

Ella se levantó y abrió uno de los armarios, estaba lleno de películas.

—¿Vemos una?

No pude evitar reírme.

—Elijo yo.

once again | winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora