Minjeong
—Deja eso por allí, luego lo ordenamos —dijo Karina mientras me ayudaba con las bolsas.
—La verdad es que tu casa es muy acogedora. No sé, me da buenas vibras. ¿Siempre viviste sola?
—El primer año tuve compañera de piso pero me cansé, prefería tener la casa para mi sola —rió—. Y bueno, este último año...
Le di un vistazo al notar que se quedaba callada.
—¿Heeseung?
—Algo así. Vivía aquí prácticamente.
Asentí y puse la mochila sobre la mesa del salón. No iba a molestarme, ni a quejarme ni mucho menos, al fin y al cabo él era su pareja y se quisieron por mucho tiempo, pero saber que estuvieron juntos en ese mismo lugar era algo que me revolvía el estómago.
Noté unos brazos rodearme por la espalda, Karina dejó un beso sobre mi cuello que estaba al descubierto.
—Eso ya es pasado, ya no importa.
Sonreí.
—Lo sé —dije dándole la vuelta para mirarla—, es solo que saber que él y tú... Aquí...
—No pienses en eso —me susurró.
—Tienes razón... —nuestros labios estaban prácticamente pegados—. Tal vez eso tiene fácil solución... —mis labios fueron directos a su cuello dejando un beso en él.
—Minjeong... —jadeó.
—Hmm? —musité mientras dejaba pequeñas mordidas por su piel.
—Nada...
Ella agarró mi rostro y lo llevó directo a sus labios fundiéndonos en un beso lento. Mis manos fueron a su cadera atrayéndola más a mí, echaba tanto de menos sentirla que quería todo ya. Quería tocarla, besarla, quererla. Con mi mano aún en su cintura la alcé encima de la mesa y se sentó sobre ella.
En medio de aquel beso me separé y la miré a los ojos unos instantes.
—Eres... —dijo.
—¿Qué soy?
Ella sonrió. Me agarró de la camisa atrayéndome a sus labios y justo antes de besarme, justo cuando me sentía atontada por su cercanía, me susurró algo sobre ellos.
—Completamente tuya.
Y no pude evitar sentir mil cosas en mi interior.
—Deja de volverme loca...
Mis besos fueron bajando por su cuello y ahí me di cuenta de lo mucho que echaba de menos hacer esto. Pequeños gemidos salían de su boca sin cesar volviéndome completamente loca.
Sus labios acariciando cada centímetro de mi era una absoluta droga.
Entonces me besó de nuevo y nos miramos a los ojos unos instantes, y ella sonrió. Juro que en esos momentos sentí esas mariposas en el estómago de las que tanto hablan.
—Te quiero —susurré sin apenas voz.
Ella sonrió y susurró de vuelta.
—Te quiero...
Volví a besarla con la misma intensidad, esta vez sintiendo que no podría vivir sin ella nunca más.
***
Karina
Me encontraba abrazada a Minjeong. ¿Sabes ese momento cuando estas tan a gusto que no quieres mover ni un centímetro de tu cuerpo? Así me sentía, hasta que sonó el teléfono.
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once again | winrina
FanfictionCuando el amor se va, el dolor se queda. Karina lo sabía muy bien. Es lo que sucede cuando la persona que amas, de la noche a la mañana, se marcha de la ciudad sin avisar o despedirse. Ahora, cuatro años después, Minjeong regresa a Bristol con un n...