20: Dejarse llevar es lo mio

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Karina

Estaba acostada sobre su pecho, podia escuchar sus latidos. Hacia años que no me sentía tan relajada junto a alguien, y da la casualidad que la última vez que me sentí asi también fue con ella.

—¿Dónde ibas a marcharte? —pregunté mientras dejaba suaves caricias en su tripa.

—Amsterdam. El avión sale de madrugada, pensaba ir a despedirme de ti esta noche —comentó.

Subí mi mirada a ella y me dio una sonrisa.

—No sé qué habría hecho si te pierdo una vez más.

—No me vas a perder... Nunca me vas a perder.

Aumenté el abrazo en su cintura sintiéndome completamente feliz.

—Pregúntame lo que quieras, cualquier duda que tengas, lo que sea.

Me quedé pensando, tenía tantas cuestiones que me había quedado en blanco.

—¿Ya no vas a ser famosa?

Escuché como reía. Normal, menuda pregunta de mierda hice...

—No, no me interesa. Al principio fue mi sueño, después fui conociendo ese mundo y se esfumó.

—Minjeong...

—Dime —me dio un beso en el hombro.

—¿Qué le pasó a tus padres?

Sus ojos cálidos se pegaron a los míos.

—Un accidente de coche. Iban a verme en mi audición definitiva de SM, la compañía en la que estaba —suspiró—. Recuerdo que al terminar todo el mundo aplaudía, incluso el staff, pero miraba y miraba en el público y no los veía. Me pareció extraño, nunca se perdieron ni una sola presentación.

—No sabes cuanto lo siento...

—Esta bien, ya estoy mejor. Alguien me enseñó que se puede seguir siendo feliz a pesar de lo malo.

Un rubor subió por mis mejillas. Le di una pequeña sonrisa.

—El día que nos conocimos pasaron muchas cosas —ella sonrió—, ¿qué pensaste? ¿Nunca quisiste contármelo? —pregunté con miedo.

—Siempre quise contártelo, en más de una ocasión estuve apunto de hacerlo. Cada vez estaba más apegada a ti, tus amigos, este lugar... Pero luego recibía una llamada de Lilian y mis pies volvían a la realidad.

—¿Lilian? —fruncí el ceño.

—Mi psiquiatra —tragó saliva—. No es que Jonghun me tuviera amenazada, pero si contaba algo las consecuencias iban a ser muy malas... Y no era un castigo de quedarme sin salir un fin de semana.

—¿De verdad era capaz de hacer cosas así?

—En esta industria nunca dejas de sorprenderte —dijo apenada.

Volví a apoyar mi cabeza en su pecho abrazándola de nuevo. Cada cosa nueva que averiguaba me hacia querer protegerla un poquito más, aunque ya fuera inutil.

—Entonces... ¿Esas pastillas del frasco amarillo era tu medicación?

—Sí. No debía tomarla siempre, Lilian me recomendó dejarlas al cambiar de aires y me fue muy bien, pero en ocasiones... —suspiró.

—¿En ocasiones...? —dije pidiendo que continuara.

—A veces Jonghun me llamaba y sus palabras hacían que volviera a tener esos ataques de pánico y ansiedad que tenía en Corea.

Me incorporé para mirarla. Ella estaba con el rostro cabizbajo.

—¿Te llegó a pasar cuando estabas conmigo?

once again | winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora