Capitulo 1

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Takemichi estaba de pie frente a ese desconocido Mikey. La katana atravesaba su cuerpo, sin embargo, sosteniendo al rubio exclamó con su fuerza de voluntad intacta mientras su cuerpo se desangraba y sus lágrimas caían a mares de sus ojos azules:

-¡Eres mi amigo! Jamás podría dejarte solo en esta oscuridad que te consume.

Perdiendo sus fuerzas cayó de rodillas ante la mirada incrédula de los presentes en esa ultima batalla. Escuchaba a lo lejos los gritos frenéticos de todos llamándolo, pero no podía ponerse en pie. En un susurro se dirigió a Mikey:

-Dame tus manos, necesito salvarlos a todos.

El no comprendía bien lo que estaba tratando de hacer, pero aun así las manos del rubio frente a él se estiraron alcanzando las suyas sosteniéndolas, intentando mantenerlo con vida, sin embargo, fue en vano. Su consciencia se disolvió escuchando el chillido desgarrador de este para después rogarle que despertara. 

Era como estar sumergido en un sueño, podía oír los sollozos de cada miembro de la nueva Touman, pero no podía levantarse del suelo. Estaba paralizado. Sus ojos se cerraron dejándolo en una silenciosa penumbra.

Al abrir los ojos de nuevo se dio cuenta que había vuelto a viajar en el tiempo. Rápidamente miró alrededor de la habitación sintiendo una gran nostalgia. Este era el cuarto que tenia cuando aun vivía con sus padres. 

Con este detalle en mente se percató que esta vez era un niño de unos 7 años. Bajó los ojos para notar que tenía con el pijama de animalitos que usaba en aquella época. 

No era un sueño, tenia una ultima oportunidad para hacer todo de nuevo y se aseguraría de lograr salvarlos a todos de ese macabro futuro.

De repente la puerta del cuarto se abrió. Una mujer de mediana edad estaba de pie en el marco de esta observándolo con ternura. Después de parpadear unas cuantas veces, comprendió de quien se trataba. Era su madre. 

Aquella que no había visto desde que abandonó el pueblo huyendo de las aterradoras garras de la Tokyo Manji que se cernían sobre él. Sus ojos se aguaron sollozando con los recuerdos. Al verla ella se apresuró a su lado diciendo:

-¿Te sientes bien?

Última oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora