En cuanto Takemichi llegó a casa le envió un mensaje a su novio para avisarle. Sabía que Chifuyu estaba pasando por alguna situación extraña con Baji porque en las reuniones apenas y se dirigían la palabra aun cuando estaban en la misma división. El ambiente entre los dos se sentía sombrío, sin embargo, ninguno iba a dar su brazo a torcer según parecía por lo que no tenia de otra que apoyar a su amigo.
Por otro lado, Mikey no estaba nada feliz con las constantes salidas de su novio con otras personas, sin embargo, no era algo que pensara prohibirle. El chico se mostraba feliz cada vez que salía con su amigos y a él eso lo llenaba de alegría. Había visto infinidad de veces esos hermosos ojos azules apagarse repentinamente mientras estaba sumido en sus pensamientos. La sola idea de verlo sufrir lo destrozaba. Estaba enamorado profundamente de él y anhelaba que mantuviera su sonrisa para siempre.
Esa noche cuando Chifuyu llegó a su casa después de salir con Takemichi se dio cuenta que Kazutora estaba sentado contra la pared al lado de la puerta de su casa. El chico se percató que estaba siendo observado por lo que levantó su rostro hacía él. Chifuyu al mirarlo con más detalle vio que de nuevo este estaba golpeado. No quería ser indiscreto, sabía que el ambiente familiar del chico de ojos dorados no era bueno, pero tampoco quería dejar las cosas así. Se aproximó a este y se arrodilló frente al chico, quien mostró una sonrisa. El rubio bicolor susurró mientras tocaba los moretones recientes que él tenía:
-¿Te metiste en una pelea?
Kazutora no quería que él le tuviera lastima. Ese era el último sentimiento que él deseaba despertar en alguien. Su mirada era evasiva y se negaba a responder. Rápidamente se incorporó para marcharse del lugar sin dar explicaciones. Esta vez no había discutido con la otra persona, sino que está pasó de él.
El chico de mechas caminó de regreso a su casa, desolado. Después de lo ocurrido ese día su corazón dolía y quería llorar, sin embargo, las lágrimas no salían. Se detuvo antes de llegar escabulléndose por un pasadizo escondido entre las calles y se acomodó para pasar la noche ahí. Esto era mucho mejor que estar en su casa.
Preocupado por el chico, Chifuyu se fue corriendo detrás de él. Tras correr varias calles lo vio entrar a un callejón oscuro. El chico rubio se adentró en este encontrando lo sentado con su espalda contra la pared y con la cabeza entre sus rodillas. Verlo en esa posición le inquietó un poco. En lo que llevaba de conocerlo nunca lo había visto así, se acercó con cautela a él. Kazutora sintió unos pasos acercarse a él y su cuerpo se tensó en el acto. Se preparó para una pelea, pero el golpe no llegó. Unos brazos cálidos rodearon su cuerpo y un olor familiar invadió su nariz, relajándolo. Sabía de quién se trataba. Una voz suave se filtró en sus oídos:
-Tora, discúlpame por lo de hace un rato. No fue mi intención meterme en tus cosas, solo estaba algo inquieto.
Nunca había tenido alguien que lo llamara así, pero era agradable escucharlo de sus labios. Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro por el afecto que este chico le mostraba. Las lágrimas que antes no salían ahora eran un río. Quería evitar a toda costa que sintiera su voz quebrada o el ligero de su cuerpo, pero era algo imposible. Chifuyu se separó de él. El chico de ojos dorados se preparó para quedarse solo de nuevo, sin embargo, este habló:
-Me duele verte así-señalando su pecho
Él, que conocía los sentimientos de este por Baji murmuró sin emoción:
-No debería. Tú quieres a Baji y yo solo soy... Un adicional
Chifuyu estaba confundido por la actitud que mostraba. No entendía como podía pensar algo así de sí mismo y de su relación. Estaba frustrado. El chico entre sus sollozos añadió:
-No quiero esto, vete por favor.
El chico de cabello rubio no se movió un centímetro a pesar de lo que él le había dicho. Kazutora quería terminar con todo esto de una buena vez. Su mente estaba en caos. Se aproximó a Chifuyu agarrando su mandíbula con una de sus manos y lo besó suavemente en los labios pensando que con esto daría por zanjado el tema y él huiría del lugar, no obstante, él no lo apartó. Se separó un poco relamiéndose. Otra vez lo besó pasando su lengua para que el chico abriera un poco la boca y poder juguetear dentro de ella. Su interior era húmedo y caliente. Era una sensación única, sin embargo, debía detenerse antes de que se pusiera en una situación bochornosa.
El chico de cabello bicolor estuvo bastante sorprendido cuando lo besó, pero era algo que anhelaba hacer y ahora se había presentado la oportunidad. Sentir su lengua dentro de su boca lo estaba excitando. Kazutora no lo sabía, pero tanto él como Baji le gustaban lo que lo ponía en una encrucijada después de esto. Pasados unos minutos se separaron. Ambos chicos estaban sonrojados por lo que acababa de suceder. Ninguno de los dos se atrevía a hablar por temor a romper la conexión que tenían, sin embargo, se estaba haciendo tarde para que Chifuyu andará en la calle. Kazutora fue consciente de ello. Dijo sin mirarlo a los ojos:
-Lo siento por el beso.
Sentía que su corazón se destrozaba con esa frase, pero era lo mejor. No quería ilusionarse. Venir de una familia rota lo hizo pensar muchas veces en si realmente merecía ser amado y esa respuesta llegó cuando descubrió sus sentimientos por Chifuyu y de este por Baji. Era mejor dar un paso al costado dejando que ellos fueran felices. Se puso de pie haciendo que el otro chico también lo hiciera. Antes de que pudiera responderle algo avanzó unos cuantos pasos para luego añadir:
-Me gustas, Fuyu...
Chifuyu estaba desconcertado por lo que había dicho. La distancia que los separa ahora era mayor. Sabía que no pensaba escuchar su respuesta a su confesión, pero aun así fue de nuevo hacia él y agarró su mano. Él chico giró su cabeza para mirarlo. Tenía una expresión triste, pero sonreía. Su voz era apenas audible:
-Fuyu, déjame solo por un tiempo ¿Sí?
Intento liberarse del agarre, sin embargo, el mencionado no estaba dispuesto a ceder. Dijo tratando de sonar calmado a pesar de que estaba llegando al límite de su paciencia:
-No, no te dejare solo. Somos amigos.
El chico de mechas lo observó durante un momento. Era consciente de que esté no lo soltaría por lo que al final fue él el que cedió dejándose conducir a la casa de Chifuyu. Este era su único hogar y su espacio seguro después de todo. Sus manos seguían unidas cuando entraron por la puerta. La madre del chico rubio se sorprendió un poco al ver al otro muchacho, pero no lo regaño por esto. Con solo sentir el ambiente entre ellos era suficiente para saber que algo había ocurrido, ya tendría tiempo después para conversar con su hijo. Los dos chicos subieron al cuarto acomodándose en la cama como de costumbre y apagando la luz dejando todo a oscuras.
Apenas sintió que Chifuyu se durmió se levantó de la cama y se escapó por la ventana.
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Última oportunidad
FanfictionSon un grupo variado: ♊ Los gemelos que salen con los riquillos de alta sociedad... 🐱 Los que hacen beso de tres cada vez que pueden... 🤦🏽♀️ Los que parecen matrimonio de 20 años viven a punta de indirectas, pero se adoran... 🍡 El que parece n...