Capítulo 6

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Sintió la ira apoderarse de él al escuchar ese comentario de su amigo. Percibiendo el cambio en el aura de Takemichi, Takuya tembló. En sus años de amistad era la primera vez que lo veía tan molesto por algo.

Intentando corregir esto, el rubio dijo en modo tranquilizador:

—Él está en un grado inferior. En el almuerzo iremos a buscarlo.

La ira del pelinegro fue disipada después de escuchar esto. Como lo había prometido, Takuya guio a Takemichi hasta el salón donde se encontraba el niño de antes, tomándolo por sorpresa.

Sin pensarlo dos veces, Takemichi se acercó a su puesto con su alegre sonrisa mientras decía:

—Te escabulliste antes de que pudiera darte las gracias. Mi nombre es Hanagaki Takemichi—estiró su mano hacia él.

El niño estiró su pequeña en respuesta mientras hablaba:

—Soy Tetta Kisaki

La calidez de este niño invadió el corazón adolorido de Kisaki. Era como un faro en su oscuridad por lo que ahora quería ser su amigo más que nada en el mundo.

Ya no le importaban las miradas burlonas a su alrededor. En eso el estómago de Takemichi gruñó recordándoles que aún no habían almorzado.

Arrastrándolo fuera del salón de clases caminaron los tres rumbo al comedor. Al llegar hicieron fila y tomaron las charolas rumbo a buscar una mesa. Era extraño para Kisaki comer con otros, por lo que se sentía un poco intimidado.
Takemichi observó su estado de ánimo. Rápidamente dedujo que esto era algo a lo que no estaba acostumbrado por lo que trato de ser lo más considerado posible para que su nuevo amigo se adaptara.

Después de unos minutos el tenso abiente se relajó dando lugar a una animada charla entre los tres. En eso Takemichi recordó que no había presentado al rubio a su lado. Miró a Kisaki diciendo:

—Por cierto, este es Takuya Yamamoto, es mi amigo de infancia.

Takuya le lanzó una mirada dolida al darse cuenta de que él había olvidado por completo su presencia a pesar de tenerlo a lado de él, sin embargo, sabia lo distraído que era por lo que no le tomó importancia.

El chico soltó una risa en respuesta. Este par de personas eran realmente interesantes.

Terminaron de comer dirigiéndose cada uno a sus salones prometiendo encontrarse a la salida para ir a jugar un rato en casa de Takemichi.

Los tres salieron de la escuela cuando de pie en la puerta encontraron una silueta conocida. Al verlo Takemichi sintió un pequeño escalofrío. Aun no se hacía a la idea de ver a Manjiro aparecer de la nada:

—Hola Takemicchi. No me dijiste donde estudiabas, así que tuve que averiguarlo por mi cuenta.

Viendo los dos chicos que estaban al lado de su nuevo amigo hizo una mueca de disgusto. Takemichi suspiró:

—Mikey-kun eso da algo de miedo. Suenas como un acosador.

Recordando que no estaban solos, Takemichi aclaró su garganta para decir:

—Ellos son mis amigos, Kisaki y Takuya. Vamos a mi casa a jugar ¿quieres venir?

Los chicos observaron al rubio frente a ellos. Era un poco más bajo que su amigo, pero emitía un aura dominante que decía: "No quiero compartir a Takemichi con otros", lo cual les dio algo de miedo.

Para su fortuna este soltó:

—Ya tengo planes con Baji, así que no puedo. Nos vemos mañana

Les dio la espalda, alejándose.

Los tres chicos llegaron a la casa del pelinegro. La madre de este se sorprendió un poco al ver que su hijo traía otra amigo aparte de Takuya. Se sintió emocionada de que este estuviera llevándose bien con el resto.

Subieron a su habitación. Mientras Kisaki y Takuya jugaban Takemichi continuaba con el rompecabezas que no había podido terminar. Se veía tan concentrado en esto que no se dio cuenta que le estaban hablando hasta que Takuya gritó su nombre.

El sonido de su voz alterada le trajo horribles memorias. Las lagrimas se derramaron por sus mejillas dejando a los dos chicos a su lado confundidos. Pasados algunos minutos se calmó limpiándose con las manos:

—Lo siento—dijo en un tono apagado.

No sabían porque este chico trasmitía una vibra de que estaba cargado con algo muy grande el solo, pero los hacia querer consolarlo.

Cuando se tranquilizó Takuya preguntó preocupado:

—¿Estas bien?

Takemichi asintió agradeciendo el cariño que le mostraba su amigo. Continuaron pasando el tiempo hasta que empezó a caer el sol ambos niños se despidieron de él yéndose cada uno a su casa. Había sido un día extraño por lo que se sentía algo inquieto.

Por el bien de todos, debía volverse fuerte.

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