Capítulo 23

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En medio de la pelea entre los cerca de cien miembros de Moebius y los 2 miembros de la ToMan apareció Kiyomasa pasando desapercibido por ellos mezclándose entre el tumulto. Al no ver a Takemichi Hinata tuvo un mal presentimiento sobre esto, pero tanto ella como Emma había sido acorraladas. Tenían una clara ventaja numérica contra sus rivales, por lo que no tuvieron en cuenta algo vital. Las habilidades de esos en combate eran superiores. Algunos minutos más tarde, la batalla estaba siendo ganada por el grupo del rubio claro, no obstante, ellos no contaban con que Kiyomasa aprovechando la confusión atacaría por la espalda al chico tatuado.

La mente de Takemichi estaba acelerada mientras avanzaba. Estaba cojeando y tenía un profundo corte en su mano derecha que sangraba profusamente cada que se movía. Cuando llegó vio a Kiyomasa pasar cerca con un cuchillo ensangrentado. Su mirada desesperada recorrió la escena que parecía un el campo de batalla, a lo lejos vio el cuerpo inmóvil del chico rubio tatuado. Sin pensarlo dos veces, colocó al chico sobre su espalda sacándolo del lugar. sabía que necesitaba llevarlo a un hospital. De reojo vio que algunos de los capitanes de la ToMan se llegaban para unirse a la pelea, pero para él eso era lo de menos. Con pasos cortos caminó hacia la salida del santuario siendo seguido de cerca por Hinata y Emma, quienes habían llamado a la ambulancia.

La suerte no parecía estar de su lado. tal como aquella vez, se encontró de nuevo con algunos de los acompañantes de Kiyomasa quienes le cerraron el paso. Dejó a Draken en el suelo y se colocó en posición para pelear. Odiaba esto, pero era la única manera en la que podría salvar la vida de su amigo. En eso el ruido de la ambulancia y de la patrullas resonaron por todo el lugar haciendo que los chicos frente a ellos huyeran.

Los paramédicos rápidamente llegaron a donde se encontraba Takemichi y el resto haciendo. Recogiendo con cuidado al chico que yacía mal herido para colocarlo en la camilla y estabilizarlo. Takemichi se subió junto con él en el vehículo mientras Emma y Hinata volvían donde estaban los chicos para avisarles sobre lo ocurrido. Su mano todavía sangraba, pero no podía importarle menos eso. Draken estaba consciente mientras lo canalizaban y le colocaban la máscara de oxígeno. Giró su rostro para mirar al pelinegro a su lado:

-Gracias

Su voz sonaba ronca. En eso el monitor de signos vitales empezó a sonar. Takemichi revivió esa maldita escena en enterrada en su memoria y tembló viendo como lo apartaban del chico para comenzar a reanimarlo. Un sudor frio cubrió su cuerpo con cada maniobra que ellos realizaban, pero trato de mantener su semblante lo más sereno posible. Algunos minutos más tarde, lograron que su corazón volviera a latir.

Habían llegado al hospital al dar giro en la siguiente calle. En cuanto bajaron la camilla lo llevaron a la sala de operaciones sin perder tiempo. Takemichi les envió un mensaje indicándoles a donde habían llevado al chico. En un abrir y cerrar de ojos llegaron los capitanes de la ToMan junto con las chicas. Al verlos el pelinegro explicó lo que había dicho el médico. En eso uno de ellos miró el corte que tenía Takemichi en la mano diciendo:

-Deberías ir a que te traten la mano mientras salen a darnos información.

El chico no entendía que quería decir con esto hasta que observó su propia mano cubierta con sangre seca. El dolor punzante apareció de repente recordándole como había ocurrido esto durante la pelea con Kiyomasa. Se levantó de su asiento caminando hacia la enfermería, donde le cosieron la herida y le colocaron una venda encima. Cuando regresó iba entrando Mikey. Se veía tan sereno como siempre, pero el sabía que esto solo era una fachada. Lo había visto llorar lejos de todos en su línea de tiempo original. Se hacia el fuerte para reconfortar a otros aun cuando estuviese peor que ellos. Su voz era suave y firme:

-Porque lloran, Kenchin saldrá de esto. Mañana nos estaremos riendo de esta anécdota.

Pasaron cuatro horas en las que ninguno de los presentes se movió de la sala de espera incluso aquellos que tenían heridas menores después de la pelea. El doctor salió de la sala de cirugía acomodándose los lentes sobre el puente de la nariz mientras veía al variado grupo que lo rodeaba indico que la operación había sido un éxito y que dentro de unas horas pasaría a una habitación. Todos celebraron eufóricos aquella noticia sin percatarse del que el rubio claro ya no estaba por ninguna parte. Takemichi caminó por el edificio hasta que lo encontró. La escena era tal como la recordaba. Mikey estaba sentado en el suelo con su espalda apoyada contra la fachada del edificio, llorando sin contenerse. Se acercó hacia donde él estaba colocándose frente a él, sintiendo su presencia este trató de ocultar su rostro con molestia. No le gustaba que nadie lo viera llorar, en especial la persona que estaba arrodillada frente a él.

Verlo tan descompuesto y con sus ojos grises cubiertos de lágrimas le hacía doler el pecho. Tomó su rostro en sus manos limpiándolas con sus pulgares. El corazón del rubio latía tan rápido que temía que en cualquier momento fuera a detenerse. Quería empujar a la persona que lo estaba tocando con tanta familiaridad, pero se sentía cómodo con su calidez. Su mente recordó aquel sueño haciendo que su rostro se sonrojara. Takemichi apoyo su frente contra la suya diciendo:

-No te guardes todo para ti.

Después de esto se separó un poco para observar esos ojos oscuros que había visto tantas veces. Una idea fugaz atravesó su mente y su corazón palpitó con fuerza mientras soltaba el rostro del chico quien lucía un poco insatisfecho con esto. Mikey estaba por ponerse de nuevo en pie y hacer como si esto hubiera sido solo un sueño. En eso sintió que el chico extendía su mano para tomar su mentón levantando un poco un poco su cara. Sus ojos se encontraron durante un par de segundos antes de que este se aproximara a él cerrando los ojos y dándole un suave beso en los labios que provocó que su corazón se acelerara.

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