Capítulo 8

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Al verlo tan descompuesto solo por verla, la niña se sintió disgustada. Shinichiro por su parte se agachó para limpiar las lágrimas de esos ojos claros. Una indescriptible sensación de paz lo invadió.

Con una voz chillona la niña dijo:

-¿Tú quién eres?

Sabía que su voz sonaría nasal e inentendible después de llorar tanto, pero aun así habló:

-Soy Hanagaki Takemichi

Mikey viendo la actitud de Shinichiro sintió una emoción desconocida florecer dentro de su pecho. Con su mano apartó la de él del rostro del pelinegro, decidido a no dejar que nadie toque a este chico.

Dándose cuenta de que no había avisado a su madre se sintió nervioso imaginando que sería regañado al regresar. Viendo que estaba inquieto Mikey frotó su cabeza para relajarlo.

Baji estuvo viendo toda la escena con una sonrisa divertida. Se aprovecharía de esto para molestar a su amigo con este chico llorón. Se sentía extasiado ante las posibilidades.

Desde que sus padres se habían separado sentía un vacío en su pecho, pero estando en esta casa que le resultaba tan amena y familiar se sintió aliviado de poder compartir con ellos.

Se sentaron juntos en el comedor. Emma viendo que Mikey esta absorto en este niño que no conocía se sentía celosa. Intentó por todos los medios llamar la atención de su hermano, pero este la ignoró una y otra vez hasta que ella se levantó de la mesa llorando.

El resto de los presentes se miraron confundidos por su exagerada reacción, sin embargo, Takemichi corrió detrás de ella sintiendo que esto había sido su culpa por acaparar la atención de Mikey.

La rubia estaba sentada con sus piernas estiradas en el piso del dojo mirando hacia el cielo con los ojos llorosos. Escuchando pasos aproximándose se limpió la cara con las manos, pero al ver que quien era estalló:

-¡Lárgate!

Su rostro estaba rojo por el llanto mientras dirigía una mirada feroz al pelinegro. Este sin amedrentarse se sentó a unos pasos de ella diciendo:

-Lo siento

Esto dejó sin palabras a Emma. No esperaba que él se disculpara cuando claramente el que estaba equivocado era su hermano. Bajó la guardia susurrando:

-No es tu culpa lo ocurrido, siento haberme comportado así cuando es la primera vez que nos vemos.

Takemichi había visto el cariño y admiración que sentía Emma por su hermano por lo que era natural que reaccionara así después de que el volcara su atención en otra persona.

-No te preocupes

Los dos miraron el cielo mientras conversaban. Pasada alrededor de media hora volvieron a la mesa. El ambiente entre los dos se sentía más relajado lo cual tranquilizó al resto.

El sol ya se había ocultado cuando Takemichi salió del dojo en compañía de Mikey rumbo a su casa. Estaba un poco asustado de lo que diría su mamá, pero la compañía del rubio le traía calma. Cuando llegaron a la casa de este la madre de Takemichi sonrió:

-Estaba esperándote. Tu amigo Takuya me dijo que irías a casa de un amigo ¿es él?

En su mente agradeció el ingenio de Takuya. Después lo compensaría con un regalo por esto. Mikey observó a la madre de su amigo, con una sonrisa respondió:

-Si, soy Manjiro Sano-Dando una pequeña reverencia hacia ella.

Luego de ver que Takemichi ingresaba a su casa, Mikey se fue para la suya.

Cuando estuvo en su cuarto una idea maravillosa surgió en su mente para cumplir su objetivo de ser más fuerte para salvar a todos sus amigos por lo que tendría que convencer a su mamá de esto.

Sabía que Mikey había sido entrenado en artes marciales desde niño por lo que pensó unirse al dojo e invitar a Kisaki. En cuanto lo vio esa mañana le contó su plan.

Esta accedió un poco insegura de que fuera lo mejor, pero su hijo se lo rogó tan desesperadamente que no le quedó más opción que aceptar.

Como se había vuelto costumbre cuando los tres niños salieron vieron a Mikey de pie junto con Baji esperando a Takemichi. Cada vez que observaban esta escena no podían evitar molestarlo:

-Hoy también vino tu novio-dijo Kisaki

Antes de que Takemichi pudiera decir algo Takuya agregó:

-No intentes negarlo. Ustedes son muy cercanos

Finalmente hablo el implicado con un tono un poco brusco:

-Dejen de decir eso, aun soy un niño.

Viéndolo tan alterado se callaron por temor a que el rubio se desquitara con ellos. Cuando se acercaron a Mikey, el pelinegro le preguntó si era posible que se uniera al dojo y este respondió con una sonrisa radiante.

Estaba complacido con la idea de poder verlo más seguido, por lo que no le importó que este decidiera venir con uno de sus amigos. La primera semana fue demasiado dura para Takemichi y más porque Kisaki no iba con él.

Al principio este se negó a ir por temor a su padre, pero después de que su madre insistiera con el tema de mala gana este aceptó por lo que pasada otra semana se incorporó.


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