Problemas

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Atsushi se encuentra sentado a la mesa de la cocina, disfrutando de su desayuno matutino preparado con esmero por Sigma.De repente, dos brazos fuertes lo envuelven desde atrás y una voz cantarina y algo aguda grita en su oído

Gogol:"¡Mi querido Atsu-chan!"

Gogol lo ha abrazado por la espalda, colgando de él como siempre hace siempre que quiere algo. El menor se sorprende un poco por la intromisión pero permanece estoicamente en posición mientras el bufón comienza a lloriquear exageradamente. 

Gogol:"¡Mi lindo Atsu-chan, debes ayudarme!"

Se quejaba, columpiándose hacia adelante y hacia atrás, balanceando a Atsushi en su silla. Atsushi mira su comida intacta, que espera pacientemente para ser terminada. Con suavidad pero con firmeza intenta soltarse del agarre de el ucraniano, pero este se niega a ceder, aferrándose a la espalda de el hombre tigre. El bicolor suspira profundamente desde donde se encuentra apoyado contra la mesa de la cocina, anticipando un largo día con la llegada impredecible  de su excéntrico compañero.

Atsushi intenta razonar con Gogol, pidiéndole amablemente que lo deje terminar su desayuno. Pero el segundo continúa sujetándolo con fuerza mientras insiste en que tiene "una historia acaramelada que contar a su querido Atsu-chan". Sigma niega con la cabeza resignadamente, pero Atsushi logra mantener la calma ante el comportamiento caprichoso de Gogol. Con infinita  paciencia, vuelve a pedirle que lo suelte mientras él termina su desayuno, pero el mayor continúa lloriqueando y quejándose de una manera ridículamente exagerada. El detective suspira, ya esperando el largo día que tiene por delante.

Atsushi: Gogol, por favor suéltame. Déjame terminar mi desayuno primero.     

Gogol: *aferrándose a Atsushi* ¡Pero mi dulce Atsu-chan! ¡Mi historia no puede esperar!   

Sigma: *suspirando* Aquí vamos de nuevo.  

Atsushi: Gogol, en serio. Suéltame. Hablemos después de que termine de comer.

La paciencia de el menor comenzaba a agotarse ante la persistencia de el bufón albino. Finalmente llegó a su límite cuando, debido a un repentino movimiento de Gogol, el jugo se derramó, arruinando su delicioso panqueque con jalea de frambuesa. 

Atsushi se quedó inmóvil por un momento, intentando mantener la calma. Pequeñas lágrimas comenzaron a formarse en las esquinas de sus ojos mientras su desayuno arruinado flotaba en la mesa. Sigma, alarmado al ver las lágrimas de el omega, estaba a punto de consolarlo cuando notó la expresión furiosa que comenzaba a formarse en el rostro de Atsushi. Retrocedió ligeramente, asombrado de que alguien tan dulce pudiera parecer tan aterrador. 

Gogol, sin embargo, continuó columpiándose de  el menor sin percatarse del peligro. Al fin, Atsushi estalló:

Atsushi:"¡Ya basta, Gogol! ¡Me has arruinado el desayuno"

Gogol quedó estupefacto, soltando sus brazos de Atsushi. No pensó que el tranquilo omega con el que había hablado apenas ayer pudiera reaccionar de esa forma.

El gerente vio que la situación se estaba saliendo de control y , por lo que intervino decididamente. Sin embargo, su ofrecimiento de preparar otro desayuno para el albino solo sirvió para aumentar la ira de este.   

Sigma se detuvo en seco, recordando que Atsushi estaba embarazado y sus emociones probablemente estaban a flor de piel. Trató de disculparse calmamente, diciendo que solo quería ayudar. Pero el omega aún estaba furioso y les ordenó tanto a Sigma como a Gogol que se sentaran en el suelo.     

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