Desde el primer momento supo que algo no encajaba en esa ridícula historia. Conocía demasiado bien a Sigma como para saber que la mentira se le daba fatal. Algo escondían esos dos, estaba seguro.
Era imposible que el bebé fuera del bicolor.
Primero, por el tiempo. El embarazo ya estaba muy avanzado, por lo que deberían haberse involucrado semanas atrás. Pero el gerente estaba completamente absorbido por el casino.
Cuando pudo haberse enamorado de él si pasa todo el día encerrado en su casino, pensó. Conocía demasiado bien a el gerente, sabía que las relaciones personales no eran lo suyo. Y dudaba que supiera realmente cómo tratar a un omega.
Tampoco parecía encajar el perfil de el albino. Era evidente por su porte y personalidad que no frecuentaba lugares como casinos. ¿Cómo se habrían conocido y enamorado entonces? Algo no cuadraba.
Solo había una conclusión: Atsushi ocultaba al verdadero padre. Y Fyodor estaba empecinado en descubrir la verdad.
Así que se acercó discretamente a Atsushi para oler su aroma.
Fue entonces cuando notó que no había ni rastro del olor de Sigma en él. Sino uno que le resultaba vagamente familiar y desagradable. Algo que seguramente fue pasado por alto por esos dos, porque era demasiado sutil como para que se dieran cuenta, pero ahí estaba.
Su mente daba vueltas tratando de ubicarlo, hasta que finalmente cayó en la cuenta.
Era el aroma a cartas y alcohol barato que impregnaba a Dazai, su enemigo. La revelación llegó de golpe acompañada de una sonrisa torcida. Como no se había dado cuenta antes, si era tan evidente. No por nada sabía todo de las relaciones entre los miembros de la Agencia Armada de detectives.
Imaginó que probablemente lo habría abandonado o algo peor, conociendo su cruel naturaleza.
Se apiadó del omega por un instante. Sin embargo una sonrisa torcida se formó en sus labios. Así que el bebé que esperaba Atsushi era en realidad del maldito Dazai.
Eso lo volvía una pieza valiosa en su juego. Podría usar al cachorro como parte de sus planes contra el castaño. Cuidaría de ambos, solo para poder usarlos en contra de quien los había abandonado. Mataría dos pájaros de un tiro.
Por eso es que le propuso a Sigma que se deshiciera del cachorro desde el primer momento, quería ver su reacción y no lo decepcionó. Ansiaba observar hasta dónde llegaría su compañero alfa con esa mentira.
Por lo menos esos habían sido sus planes una semana atrás. No obstante, un imprevisto comenzaba a arruinar su estrategia: Gogol. Al parecer, el embarazo había ablandado el carácter usualmente sádico de el albino. Había desarrollado una insólita simpatía por el joven omega.
Y no era el único, para su desgracia. Observaba cómo Sigma también se encariñaba cada día más con Atsushi. Incluso él mismo, aunque lo negara, sentía cierta simpatía.
Tal vez era momento de cambiar de táctica. O por lo menos retrasar sus movimientos hasta saber lidiar con esos inconvenientes sentimentales.
Estaba tan sumido en sus cavilaciones que no notó los repetidos toques en la puerta. Salió de su ensimismamiento cuando escuchó que pronunciaban su nombre.
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Nuevo amor
FanfictionAtsushi es un omega que fue abandonado por el alfa que había jurado permanecer a su lado, el hombre que creyó era el amor de su vida así que dolido al ver que su pareja lo dejaba por alguien más decide dejar la agencia, llevándose consigo su un cora...