Un lobo herido sigue siendo peligroso

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A medida que la figura se acercaba, la visión borrosa de Akutagawa comenzó a aclararse ligeramente. El cabello oscuro y ondulado y la complexión delgada se destacaron.

Akutagawa: Dazai-san...

El hombre se detuvo a unos metros de distancia, mirando a Akutagawa con indiferencia. Una sonrisa curvó sus labios, la misma sonrisa de odio que había perseguido los sueños de el azabache.

Dazai: Al fin despiertas, dormilón. Lamento haberte traído aquí de esta manera, pero tú no me dejaste otra opción..

Con  esfuerzo el mafioso , logró incorporarse sobre sus temblorosas extremidades. Pero apenas estuvo de pie, un violento mareo lo asaltó.

Su  cuerpo no pudo soportarlo y se desplomó hacia adelante en un suspiro. Esperó el golpe contra el suelo, pero en su lugar sintió unos brazos fuertes que lo apresaron.

El olor familiar que tanto había añorado ahora le provocaba náuseas. Con desprecio, forcejeó para apartar a Dazai, pero apenas tenía fuerzas.

Dazai: Tranquilo, solo quiero ayudarte

Escucho decir al alfa que claramente estaba  fingiendo preocupación, aunque su mirada destellaba cruel satisfacción.

El azabache sintió repulsión al ser sujetado así por el alfa que lo traicionó. Intentó escupir palabras venenosas, mas solo salió un gruñido ahogado.Odiaba estar tan débil e indefenso, a merced de esa persona. Se apretó el pecho dolorido, la rabia y el dolor se arremolinaban en su interior.

Akutagawa: ¿Por qué... por qué me has traído aquí?

El castaño se encogió de hombros y se metió las manos en los bolsillos.

Dazai: Considera que es una conversación que debía haber ocurrido hace mucho tiempo entre nosotros. Creo que es hora de que solucionemos algunas cosas, ¿no crees?

Un escalofrío recorrió la espalda de Akutagawa ante el acero bajo el tono ligero de Dazai.

Akutagawa: ¿Qué quieres de mí?

Pero el alfa lo ignoró y con cuidado lo depositó en la  cama. Akutagawa intentó arrastrarse lejos de él, mas no pudo moverse ni un centímetro.

Dazai: Shh, no debes esforzarte. Solo quiero hablar contigo.

Se sentó a su lado y le acarició suavemente una mejilla con la yema de los dedos. El omega sintió náuseas ante su toque, pero no pudo apartarse.

Dazai: ¿Por qué no contestabas mis llamadas, Aku? Estaba muy preocupado por ti.

Akutagawa: No me llames así. Ya no significo nada para ti, alfa idiota.

El exmafioso soltó una risita ante su arrebato. Sus ojos oscuros destellaban cruel satisfacción al ver el sufrimiento que causaba.

Dazai: Vamos, sabes que siempre serás especial

Acariciando suavemente la marca de el menor con falsa ternura.

Akutagawa cerró los ojos, odiándose a sí mismo por desear corresponder a su toque a pesar de todo. Odiaba a Dazai por hacerlo sentir tan vulnerable.

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