Capítulo 24 parte I. Mal por ambas

416 37 2
                                    

1/2

María José de Cáceres

- ¿Qué haremos el fin de semana? - pregunta Alberto y me rio -
- Mi vida, a penas es lunes - respondo burlona y niega -
- Yo ya quiero que nos escapamos y como de semana no podemos - dice y rodea la barra para abrazarme mientras pasa sus manos por mis caderas y yo paso mis brazos sobre su cuello -
- Yo también, lo necesito - susurro y le doy un beso -
- ¿Un viaje a las afueras de Bogotá? ¿playa? ¿spa? - pregunta rápidamente y me rio -
- Todas las anteriores - respondo y suena el timbre - yo abro - digo y le doy un beso para darme la vuelta y alejarme -
- Yo preparo las copas de vinos - dice y asiento -

Camino hasta salir de la cocina y vuelve a sonar el timbre, camino hasta la entrada y abro la puerta, me quedo asombrada al ver a Helen entre lágrimas frente a la puerta de nuestra casa. Helen se lanza a mis brazos y la abrazo fuerte para cerrar la puerta con el pie, froto su espalda y caminamos hasta la sala, nos siento en el mueble y la abrazo mientras ella apoya su barbilla en mi hombro.

- ¿Qué pasa bebé? - pregunto mientras Helen llora -
- Es Carlota - susurra y me alejo para tomar sus mejillas -
- ¿Qué ocurrió? - pregunto asustada -
- Le dije toda la verdad - responde y me vuelve a abrazar -

Veo a Alberto y le hago una seña, asiente y nos lanza un beso para subir ahora, me quedo con Helen quien se desahoga y aunque siento una paz de que haya sido sincera con Carlota, la verdad me duele ver a mi hija así porque yo sí me imaginé un lindo final entre ambas pero en el corazón no se manda y Helen siempre va a amar a Saura Silva, ya no me queda dudas.

- ¿Te puedo aconsejar? - pregunto y Helen se aleja con un puchero en los labios, sonrío y borro un par de lágrimas - dale tiempo, todo esto es difícil de procesar y dudo que el Viernes haya sido la primera vez que están juntas - Helen baja la mirada avergonzada y pongo un par de dedos en su barbilla para subirle la cara -
- Yo no sé en qué momento pasó todo esto - susurra mientras sus labios tiemblan y la abrazo -
- En el momento en que te enamoraste de ella y que el corazón no olvida - susurro mientras la abrazo -
- No sé si regresar fue lo mejor - susurra y me rio para alejarme -
- No podías escapar toda la vida pero hija - digo y me mira atenta - gracias por decirle la verdad a Carlota, ella merecía que fueras sincera y lo hiciste - digo y Helen asiente -
- Pero la perdí, lo siento mamá - susurra y le doy un beso en la frente -
- Tú sabías todo lo que ibas a perder desde el momento que le abriste las puertas a la confusión y al amor hacia Saura - susurro y Helen me abraza para otra vez llorar -
- ¿Me puedo quedar? - pregunta y me alejo para verla seria -
- Es tu casa, jamás vuelvas a preguntar eso, así que subamos - digo y primero apago todas las luces tanto de la sala como de la cocina -

Tomo la mano de mi pequeña y subimos las escaleras para llegar al piso de las habitaciones, caminamos lentamente hasta su habitación y la abrazo fuertemente, me alejo y le dejo un beso en la frente, le pido mil veces que me llame si me necesita y entre risas me manda a dormir, me rio y niego para finalmente irme a mi habitación, al llegar giro la cara y veo a mi pequeña entrar a su habitación, escucho la puerta y finalmente abro la mía para entrar.

- Te hacía dormido - digo entrando a nuestra habitación y Alberto deja el libro en la mesita de noche -
- ¿Con mi hija así? No puedo - responde y se quita los lentes para hacerme señas de acercarme -
- Yo creo que todo acabó - susurro estando al lado de mi marido -
- ¿Carlota y Helen? - pregunta y asiento - ¿Saura? - pregunta nuevamente y asiento suspirando -
- La misma - susurro y me pongo de pie -
- ¿Qué haremos? - pregunta y me giro a verlo -
- Estar para nuestra hija, como siempre lo hemos hecho - respondo y Alberto sonríe de lado - me ducho y vengo - digo y sonríe pícaro -
- ¿No quieres que te acompañe? - pregunta y me rio -
- Si así lo deseas - digo quitándome la camisa manga larga para lanzársela -
- Uy - dice y me rio para entrar al baño -

Causa y Efecto part II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora