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Llegamos a casa, subí a cambiarme rápidamente para el examen mimi ya estaba lista, se sentó con chris en el salón.

– ¿Como estas? Te veo mejor desde hace días – mimi le preguntó con una sonrisa débil. Erick se adentró en la cocina, tenía una cara de terror que intentaba disimular pero no podía.

– ¿Por que no os recogemos después del examen y salimos a cenar? – Erick propuso. En realidad estaba intentando que a mimi no se le escapara nada acaparando toda la atención. Pero no funcionó.

– Me gustaría hablar contigo de una cosa, hermanita – Chris tomó sus manos, Erick se sentó con ellos, rezando por qué Mimi no soltara nada por la boca. No todavía. No sabia como reaccionaria su amigo.

– ¿Que me tienes que decir? Puede que ya lo sepa – Mimi le miró con una sonrisa – y está bien, hacéis muy buena pareja.

– Ella me gusta mucho, no quiero que te sientas incómoda si en algún momento nos ves...ya sabes, juntos –

– Chris, yo fui la que le dijo a Angie que te dijera algo, os prometo que estoy muy feliz de que seáis...lo que sea –

– Eso es lo que te quería explicar...– suspiró – Angie y yo no somos nada, nos gustamos mucho, pero no podemos ir más allá oficialmente porque cada uno tiene un sueño que conseguir, mi contrato no me permite tener pareja, o por lo menos mostrarla al mundo. Y Angie no quiere perder la oportunidad de ir a la universidad. No queremos distraernos. Quedamos que el que primero cumpliera su sueño se declararía al otro.

– No sabes lo feliz que me hace...

–¿A qué hora tienen el examen? ¿Os llevo? – Erick se levantó nervioso – Mira que no quiero que lleg...

– Yo las llevo, ya hablé con Angie, gracias Erick – Chris le miró raro, luego volvió hacia su hermana.

– De hecho, yo también quería decirte algo – Mimi le sonrió. A Erick estaba a punto de salirle el corazón por la boca de los nervios. Aparecí, vi al moreno desde lejos, leí perfectamente sus labios.
"AYUDAME" Su susurro era ensordecedor.

– ¿Que tienes que decirme?

– Estoy enamorada de alguien – río tierna y nerviosamente, chris le sonrió.

– ¿De quién? ¿Le conozco?

– No, no lo conoces – Me metí, cogí las cosas de Mimi – Es un imbécil, le he dicho mil veces a Mimi que no le conviene y ella sigue de tonta detrás de él. Se llama Sebastián y vive en hollywood Beach. Un niño pijo que sólo le importa el dinero y las tetas operadas. No es nada serio, se le pasará. Mimi, vámonos que es tarde.

– ¿Que? – confusa nos miró a los tres, sintió mi arrastre – Erick nos lleva, ¿vale?

– Pero habíamos hablado que...

– Chris te lo agradezco mucho, pero siempre estás pendiente de mi – besé su mejilla – Gracias, descansa un poco, ¿vale?

– ¿Os recojo después?

– Claro...– tras un pequeño abrazo nos separamos y salimos de allí, Erick se montó en el coche sin decir ni una sola palabra.

– ¿A qué ha venido esa película? – Mimi nos miró a los dos – Que mierda os pasa, iba a decirle la verdad a mi hermano, no me habéis dejado.

– ¿Que verdad? – me hice la loca.

– Estoy enamorada de Erick desde hace siete putos años, esa verdad, pensaba que el sentía lo mismo, incluso me besó, pero ahora me estás ocultando algo y no entiendo por qué – Empezó a llorar – te has arrepentido de haberme dicho lo que me dijiste en el baño.

Algo Más || Christopher Vélez [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora