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- No tengo experiencia pero tengo don de gentes, he estudiado bachillerato de ciencias y se me dan muy bien las mates, sería muy buena en la caja y trabajando en equipo.

- Vale, vamos a probar - la jefa le sonrió malamente, la chica suspiró nerviosa, asintió esperando la prueba.

- Aquí está la caja - la puso delante de ella, la chica volvió a asentir - Un menú bicmac con papas deluxe y una cocacola light sin hielo, un menu CBO con papas normales, un monster mango loco y un sundae de caramelo, un happy meal con nuggets petit suis y un mini mcflurry de oreo. Te espero en mi mesa, es el número 345, espero que esté todo.

De manera agobiada la chica empezó a poner todo en la caja, no dijo ni una palabra pero el sudor que caía por su frente hacía notorios sus nervios. Por culpa de esos condenados ya no se acordaba ni de la mitad de las cosas.

Pero ella lo intentó, lo llevó todo a su mesa como pudo después de pasar los precios por caja. Manteniendo el equilibrio lo llevó todo.

‐ falta el juguete en el Happy Meal, uno de los refrescos era grande y no mediano y lo mas importante de todo, te has equivocado con la cuenta - la encargada le sonrió - Si se cobrara menos dinero del que es, el responsable del error pondría el dinero de su propio sueldo.

- Lo siento señora.

- Lo siento cielo pero no estás preparada para trabajar bajo presión. Nada de esto está bien hecho -

- Pero puedo aprender -

- No tenemos tiempo para estar enseñando a nadie, el local se llena todas las noches, el centro de miami sabes que es demasiado turístico, está lleno siempre, no hay tiempo -

Angie, cabizbaja se quitó el delantal, lo colocó encima de la mesa.

- No estás lista, cuando cojas más experiencia vuelve por aquí, perdona.

- Gracias por haberme dejado intentarlo, me ha hecho aprender mucho.

La chica rubia salió de allí, tan triste cómo un día sin sol, sentía que no lo había hecho tan mal cómo para merecer ese trato tan bajo. tras un suspiro volvió a casa, ya era de noche.

Así fue cómo llegó a la casa y automáticamente todos sus problemas se disiparon al ver a su madre y a su padre bailando en la cocina mientras se hacía la cena.

- Madre mía, así da gusto llegar a casa - carcajeó mientras dejaba sus cosas en el recibidor, la casa estaba amenizada al ritmo del enorme Frank sinatra, su maravillosa canción "My way" incítaba a sus padres a mecerse juntos a lo largo de la cocina y el salón. Para Angie ver eso era precioso, ver como sus papás después de tantos años seguían ahí, enamorados hasta las trancas le hacia feliz. Le hacía querer aspirar a tener algo igual. Pero le había dedicado tanto tiempo a sus sueños y sus estudios que no había tenido tiempo de tener novio.

Si que se había enamorado antes, pero ella misma se quitaba esas tontas ideas de su cabeza, esas ideas que la desviaba de lo que realmente quería. Estudiar medicina.

- Ay dios, lo que me gustaría a mi que al lado de mi hija apareciera un chico de la mano - Mi madre habló mientras seguían bailando - Estaríamos bailando los cuatro.

- Ay Mamá, ya habrá tiempo para eso -

- Cielo, estás en los 20. Si no es ahora...¿cuando?

- Papá seguro no está de acuerdo en traerme un novio a casa -

- ¿Cuando he dicho yo eso? - comentó el señor dándole una vuelta a su mujer - Mientras te quiera y te respete no tengo por qué largarlo de casa, tu felicidad primero, cielo.

Algo Más || Christopher Vélez [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora