Chiloe, Mitología Del Miedo

Cuchivilu

En tierras de Chiloé, bañadas por el mar,
un grupo de amigos decidió aventurar.
Sin conocer el peligro que iban a enfrentar,
se adentraron en las olas, sin temor a naufragar.

El sol radiante iluminaba su destino,
mientras se adentraban, felices y sin tino.
Pero el cuchivilo, ser temido y sombrío,
acechaba en el mar, preparado para el desafío.

Emergió de las aguas con su mirada feroz,
y los amigos sintieron un escalofrío veloz.
Con garras afiladas y un gruñido infernal,
cubrió sus cuerpos de granos y sarna letal.

Uno a uno, cayeron en su cruel trampa,
el cuchivilo se alimentaba de su vida y su estampa.
El pueblo entero lloraba, en dolor sumido,
por la tragedia que se llevó a aquellos queridos.

Desesperados, buscaron alguna solución,
pero el cuchivilu no daba tregua ni compasión.
El lamento inundó el pueblo, en un triste adiós,
recordando para siempre aquel fatídico final atroz.

Hoy en día, la advertencia se hace eco,
evitar las aguas donde el cuchivilo acecha es lo correcto.
En Chiloé, se recuerda con profundo pesar,
la historia trágica que nunca dejará de penar.

El mar esconde secretos, algunos sin redención,
y el cuchivilu es un ser de temor y aflicción.
Que sirva de lección para los viajeros cautelosos,
que respeten las aguas y eviten futuros destinos dolorosos.