Ay! Cahuelche

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En el mar de Chiloé, donde el dolor se desata,
el Cahuelche sufre, su existencia desbarata.
Prisionero en las aguas, su tristeza se desborda,
un alma herida, en el océano se ahoga.

Antaño humano, hoy prisionero de su transformación,
su mente torturada, en un mar de desolación,
encadenado al Huenchur, sin voz ni libertad,
el Cahuelche susurra sus lamentos en la eternidad.

En saltos desesperados, busca comunicar su agonía,
sus mensajes se pierden, sumidos en la melancolía,
atrapado en un abismo de soledad y desesperanza,
el Cahuelche naufraga en un mar de amarga venganza.

En la playa yace, cerca de moradas olvidadas,
sus lágrimas saladas narran tristezas sepultadas,
anuncia muertes próximas, un presagio macabro,
su llanto lúgubre resuena como un eco funesto y sombrío.

El Cahuelche, cautivo de su mente envenenada,
un fantasma atormentado por una vida desgarrada,
en el mar de Chiloé, su sufrimiento se perpetúa,
una historia sicológica, donde la esperanza se extingua.

Que sus ruegos no sean olvidados, que se escuche su clamor,
el Cahuelche, condenado a un tormento sin amor,
en la penumbra marina, su dolor se entrelaza,
una narrativa lóbrega, que refleja su alma destrozada.

Chiloe, Mitología Del Miedo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora