Chiloe, Mitología Del Miedo

Deñ

En una casa oscura y en silencio,
una familia vive el tormento.
El Deñ merodea, risa de misterio,
a la luna aúlla con siniestro aliento.

Noches de quietud, terror en vilo,
el brujo se transforma, en Deñ atormenta.
Susurra maldades, sembrando el desquicio,
burlas y carcajadas, su juego alimenta.

La familia intriga, el temor les abraza,
quieren saber quién sufrirá la maldición.
El Deñ disfruta, su risa descarada,
incertidumbre en suspenso, cruel atracción.

Susurros nocturnos, inquietante presencia,
la locura ronda, sombras danzan en danza.
El destino oculto, alma en turbulencia,
la familia en angustia, busca esperanza.

El clímax se acerca, el miedo en desespero,
¿quién será el elegido, nadie lo supo?
El hogar en vilo, temiendo lo sincero,
esperando el desenlace, sin escapar de lo oculto.

Final abierto, destino sin marcar,
el Deñ sigue acechando, mal persistente.
La familia en tensión, sin destino encontrar,
en la morada oscura, el terror es latente.

En la casa de misterio y pavor,
la tragedia se forja, sin saber aún quién.
El Deñ continúa su juego destructor,
y el destino incierto, atormenta sin Edén.