Chiloe, Mitología Del Miedo

Camahueto, camahueto.

En Chiloé se cuentan historias,
leyendas llenas de gloria,
sobre camahuetos valientes,
seres mágicos, fascinantes.

Nacen bajo tierra, en el cerro escondido,
donde el cuerno se ha fundido,
sembrado con polvo y encanto,
un misterio que guarda este canto.

Un pozo profundo, oscuro y misterioso,
donde el cuerno se convierte en reposo,
o una vaca marina, madre amorosa,
que en humedad bajo mar reposa.

Veinte, veinticinco o treinta años han de pasar,
hasta que los camahuetos decidan despertar,
emergen del suelo con ímpetu y fuerza,
hacia el mar se dirigen, con ansias inmersas.

Destruyendo todo en su paso implacable,
con su cuerno poderoso e inquebrantable,
surcos en la tierra profunda dejan a su paso,
que el agua convierte en riachuelo, como abrazo.

En las noches de tormenta, su migración ocurre,
costas y terrenos desgarrados, la naturaleza sufre,
dejando un rastro de caos y desolación,
marcando su camino con gran destrucción.

Si un camahueto se aproxima, se cree,
que solo el lacero podrá atrapar con su destreza,
con una cuerda de sargazo bien tejida,
al camahueto capturar, sin hacer herida.

O la machi, sabia y poderosa en su ser,
teje una cuerda de voqui, lista para vencer,
con habilidad guía al camahueto hacia el mar,
sin causarle daño, buscando calmar.

Otra opción es cortar su cuerno con respeto,
domar su virilidad, calmar su efecto,
así se vuelve manso, sin causar estragos,
sus fuerzas contenidas, en nuevos rumbos vagos.

La machi, sabedora de lo mágico que encierra,
conserva un trozo de cuerno para su propia guerra,
preparados mágicos con poderes ancestrales,
en años venideros, más camahuetos reales.

En Chiloé se cuenta esta leyenda sin fin,
de camahuetos que emergen del confín,
seres mitológicos llenos de misterio y poder,
enfrentando destinos, dejando huellas al correr.

Así, en la isla de encanto y tradición,
se vive esta historia llena de emoción,
donde la magia se entrelaza con la realidad,
y el camahueto se convierte en eternidad.