Chiloe, Mitología Del Miedo

La hija de la Machi

En Chiloé, tierra mística y profunda,
habitaba una machi, sabia y fecunda.
Su hija, un tesoro de luz y verdad,
secuestrada por un capitán español, sin piedad.

Con plumaje de cuervos y mirada de fuego,
la machi invocó su poder, su antiguo legado.
Maldijo al capitán, con voz y conjuro,
sentenciándolo a un destino oscuro y impuro.

El capitán español, soberbio y desafiante,
se burló de la machi con risa arrogante.
Pero pronto su risa se tornó en temor,
cuando la maldición lo alcanzó con furor.

En sus noches sin calma, su mente perdida,
visiones siniestras lo acosaban sin mientras dormia.
por la hija de la machi, una sombra en su sueño,
le recordaba siempre su acto tan desdeño.

La familia del capitán, también maldita,
cargaba con el peso de su ofensa infinita.
Ecos de lamentos llenaban su hogar,
la maldición los ataba, sin tregua ni parar.

La machi, con tristeza en su corazón,
lloraba la pérdida de su amada hija en prisión.
Su mirada de águila, buscaba en el cielo,
el rastro de su niña en un vuelo tan anhelo.

El capitán , atormentado y asustado,
decidió poner fin a su sufrimiento alado.
Se lanzó al mar embravecido y cruel,
buscando paz en un abrazo de laurel.

Con él se llevó a la hija de la machi,
en un destino trágico y oscuro frenesí.
La madre, en su dolor, lloró con desgarro,
sintiendo que su alma partía en pedazos.

La maldición, entonces, se esfumó en el viento,
pero dejó un rastro de dolor y lamento.
En Chiloé, se recuerda la leyenda sombría,
de la machi y el capitán español en su melancolía.

Un cuento de amor maternal y maldición entrelazado,
donde los actos tienen precio y resultado.
Y la sabia machi, con su corazón herido,
nos enseña que el respeto y el alma deben ser defendidos.