La desfortuna del Lluhay

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En la tierra de Chiloé, un campesino había, Con mirada envidiosa a sus vecinos miraba. Pues un Lluhay poseían, criatura mítica y rara, Con vida eterna y fortuna, una joya codiciada.

El Lluhay, animal sagrado, la suerte les brindaba, Papas abundantes, cosechas que nadie igualaba. Pero el hombre celoso, de envidia se llenaba, Y en su corazón, una sombra oscura anidaba.

Una noche oscura y fría, en secreto se movía, Al huerto de sus vecinos, su plan se urdía. Silencio en la oscuridad, la envidia lo guiaba, Y a escondidas, al Lluhay en sus manos tomaba.

Lo llevó a su parcela, con cautela lo escondía, El mítico ser, a sus tierras bendeciría. Las papas florecían, y la suerte sonreía, Mientras que a sus vecinos, el fracaso perseguía.

Sus campos marchitaban, tristes y sin alegría, El Lluhay en la noche, sus cultivos devoraría. Envidia y fortuna, un destino que se tejía, Pues aquel robo maldito, su futuro oscurecería.

Los días se sucedían, la cosecha se extendía, El campesino prosperaba, mientras otros sufrían. Pero el misterio del Lluhay, a todos sorprendía, ¿Cómo un ser tan esquivo, en sus manos vivía?

La leyenda se extendía, del Lluhay que traía, La fortuna a quien lo tenía, mas ruina a quien perdía. Pero la paz no duraría, la envidia persistía, Y los vecinos enfurecidos, de venganza se llenaban.

Un día, bajo la luna llena, la tragedia ocurriría, Los vecinos enfurecidos, al campesino buscarían. Con cuchillos y enojo, en su hogar irrumpían, Y al pobre campesino, sin piedad lo matarían.

El Lluhay quedó abandonado, su destino incierto, La fortuna mal habida, llevó al campesino al huerto. Y en su ausencia, el Lluhay buscó otro dueño experto, Que cuidara de sus papas y respetara su misterio.

Así, la leyenda persiste, de este ser tan esquivo, El Lluhay, la criatura que a todos cautiva. Mas su posesión conlleva un destino proscripto, De envidia, traición y muerte, en un ciclo que no esquivo.

Por eso, en las noches de Chiloé, se escucha la queja, Del Lluhay que busca a su dueño, en su penosa tarea. Y los campesinos sabios, conocen la lección vieja, Que la fortuna mal ganada, no trae más que condena.

Chiloe, Mitología Del Miedo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora