Gracias Coñipoñi

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En la isla de Chiloé, donde la niebla se enreda,
Había un brujo oscuro, de poderes sin medida.
Con ojos rojos como el fuego y piel ceniza y muerta,
Se alzaba en la penumbra, su malevolencia, infinita.

Su alma retorcida anhelaba un alma inocente,
Un bebé recién nacido, un ser sin malas intenciones.
Pero el Coñipoñi, gusano vil y maleante,
Era el guardián del niño, defendería sus pasiones.

En los tallos de las papas, moraban en silencio,
El brujo y el gusano, en batalla y desencuentro.
El coñuelo oscuro, con sus artes arcanas,
Y el Coñipoñi, astuto, con sus hazañas tempranas.

La madre lloraba, por el bien de su hijo,
El brujo la acechaba con sus conjuros retorcidos.
"¡Oh, Coñipoñi amado, protege a mi chiquillo!
Que el malvado brujo no manche su destino".

El gusano asintió con su cabeza sin ojos,
Se enfrentaría al brujo, defendería al retoño.
Con sus fauces venenosas y sus colmillos rojos,
En la noche más oscura, comenzó el encono.

En el bosque tenebroso, se libró la contienda,
Entre magia negra y misterios de la leyenda.
Los árboles susurraban, testigos silenciosos,
Mientras el coñuelo y el gusano peleaban feroces.

El brujo conjuraba sombras y vientos huracanados,
Pero el Coñipoñi, ágil, esquivaba sus conjuros lanzados.
Con valentía y astucia, enfrentaba el peligro,
Pues el alma de ese niño, era su más preciado tesoro.

El cielo ennegrecido se llenó de fuego y miedo,
El poder del brujo era fuerte, pero no perfecto.
El Coñipoñi resistía, con su esencia incorruptible,
Mientras el brujo, desquiciado, se sumía en lo indecible.

Al fin, la luz del alba bañó el campo de batalla,
El brujo, exhausto y derrotado, clamaba.
El Coñipoñi victorioso, el alma protegida,
El niño sano y salvo, su presencia bendecida.

Así terminó la lucha, el brujo vencido y roto,
El gusano triunfante, el mal rechazado de pronto.
La leyenda de Chiloé, se extendió por generaciones,
El Coñipoñi, héroe anónimo, venció las maldiciones.

Ahora, en los tallos de las papas, vive la memoria,
Del gusano que peleó por la inocencia y la gloria.
En Chiloé, las madres saben que el Coñipoñi vela,
Por los hijos recién nacidos, con amor y cautela.

Chiloe, Mitología Del Miedo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora