Chiloe, Mitología Del Miedo

Vaca Marina

En las brumas de Chiloé, un brujo acecha,
su ira contra la vaca marina desecha.
Pues roba la virilidad a sus toros amados,
y los condena a ser sacrificados.

Cuenta la leyenda que en tiempos antiguos,
entre Tenten Vilu y Caicai Vilu, fue testigo.
Una vaquilla perdida en el mar pereció,
y de esa tragedia una nueva forma nació.

La vaca marina surca los canales con destreza,
buscando un toro terrestre con pureza.
Arrasa cercos y alambradas sin temor,
hasta llegar a su elegido con fervor.

Sus ojos embrujan al toro con pasión,
que entra en celo, preso de su atracción.
Desea copular con ella sin cesar,
sin saber que su destino va a cambiar.

Saciada y vengada, la vaca retorna al mar,
orgullosa y despectiva, deja al toro atrás.
Este, trastornado, solo puede bramar,
y mira al mar esperando su regreso sin cesar.

Las hembras no le interesan, ya no siente deseo,
su destino sellado, ya no hay más recreo.
Condenado a morir por hambre o sacrificio,
su dueño decide su triste final sin juicio.

Solo el Camahueto resiste su embrujo mortal,
con él se apareará para perpetuar su linaje ancestral.
Crías de camahueto, engendradas en el misterio,
la vaca marina sigue extendiendo su imperio.

Así continúa la leyenda de Chiloé,
donde la vaca marina ejerce su poder con desdén.
Un brujo frustrado y toros sacrificados,
mientras la vaca marina vive sin ser domesticada.

En los canales de Chiloé siempre se oirá,
el lamento del toro, el cual nunca cesará.
Y la vaca marina, en el mar seguirá,
con su misterio y poder, sin rival enfrentará.