Estaba acostado sobre una gran nube, ese fue su primer pensamiento. Estiró su cuerpo entumecido como si fuera un gato antes de acurrucarse aún más contra las sábanas dispuesto a volver a dormir otra vez. Su plan fue interrumpido cuando sintió algo pesado y frío envuelto en su tobillo.
Will abrió los ojos de golpe y se sentó en la cama, mirando a su alrededor. Estaba acostado en una enorme cama con sábanas de seda cubriéndolo, había muchas almohadas esponjosas en la cabecera y debía admitir que era el colchón más cómodo en el que había estado.
Ante él se extendía una habitación elegante, refinada y de apariencia costosa. Las paredes estaban adornadas con papel tapiz de diseño intrincado en tonos dorados y marfil, complementados por cortinas pesadas que enmarcaban grandes ventanales; un par de pinturas retratando varios paisajes adornaban las paredes; también habían unos cuantos muebles de madera ornamentada con diseños extravagantes.
La decoración pretenciosa de la habitación solo podía tener una explicación: Hannibal Lecter
Aún así, esa habitación no tenía el aura de Hannibal. Ciertamente era de su gusto pero la pomposa decoración y los colores cálidos no pertenecían a su estilo. No era una casa de Hannibal, ¿tal vez un hotel ridículamente caro?
Puso una mano en su cabeza intentando aclarar sus pensamientos. Todo lo que había ocurrido desde que fue a Baltimore aquella noche lluviosa golpeó su mente haciéndolo estremecer. Pareciera que fue hace mucho tiempo aunque no debieron pasar más que unos cuantos días.
Necesitaba una conexión con el exterior para saber dónde estaba y qué había pasado con Alana y Jack. No podían estar muertos, nunca podría perdonar a Hannibal si así fuera.
Intentó buscar su teléfono en su chaqueta pero se dio cuenta que no la tenía puesta, apenas vestía una simple camisa blanca y ropa interior negra. Se sintió desnudo y vulnerable. La idea de Hannibal quitándole la ropa hizo que el calor subiera a su rostro y se tornará rojo.
Con la intención de encontrar un teléfono intentó levantarse, pero su pierna derecha no logró salir de la cama, perdió el equilibrio y su cara golpeó en el suelo alfombrado. Adolorido, observó cómo su pierna estaba unida al poste de la cama por una tobillera de cuero conectada a una cadena corta.
Antes de que pudiera gritar o maldecir su suerte, escuchó la puerta de la habitación abrirse.
—Buenos días, Will. Espero que hayas descansado —oyó la voz de Hannibal.
Un escalofrío recorrió su columna vertebral al escuchar cómo Hannibal casi ronroneó su nombre. Quiso levantarse para hacerle frente pero las sábanas se habían enredado en su cuerpo durante la caída.
Mientras Will tenía una ardua batalla contra las sábanas intentando desenredarse de ellas, vio a Hannibal en su campo de visión. Vestía un traje café perfectamente planchado y pulcro, su cabello estaba ligeramente despeinado dándole una apariencia más informal.
—¿Estás herido? —preguntó el hombre, frunciendo ligeramente el ceño.
—Si no me hubieras encadenado no me habría caído —gruño en respuesta. Su voz sonó ronca y áspera; tosió un poco para liberar la molestia que se alojaba en su garganta pero solo consiguió lastimarse.
Hannibal jaló la sábana para liberarlo y se agachó para recoger a Will, quien apenas pudo poner resistencia cuando fue colocado con delicadeza en la cama. Apenas noto que las manos del caníbal se demoraron más de lo necesario en apartarse de él.
—No pretendía lastimarte, solo...
—Solo querías evitar que me fuera, ¿no es así? —Interrumpió—. No sé ni dónde estamos, Hannibal. ¿Pensabas que iba a salir corriendo apenas despertara?

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Un nuevo comienzo
FanfictionEn vez de apuñalar a Will, Hannibal decide llevárselo con él a Italia incluso si Will no está de acuerdo. Will está indeciso acerca de esa desición. - En esta historia son versátiles. De no gustarte Hannibal bottom y aún así leer la historia, por fa...