Capítulo 3

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Regina llegó a casa algo más tranquila después del diagnóstico que le había dado el médico, estaba a punto de meterse en la ducha cuando escuchó a su madre llamarla.

-¿Qué pasa, mama?- Preguntó Regina ya en ropa interior.

-Voy a adelantar el viaje, me iré mañana mismo.- Contestó Cora que parecía bastante preocupada.

-¿Todo está bien?- Preguntó entonces la morena preocupada.

-Parece que la tita está un poco peor así que la traerán mañana para empezar con las pruebas.- Contestó Cora que se había sentado en el cómodo sofá que tenía Regina en su dormitorio.

-No quiero que conduzcas, llama a un taxi y que te lleve. Si luego necesitas un coche alquílalo allí. Intentaré dejarlo todo listo esta semana y me reuniré con vosotras.- Decía Regina sacando uno de sus trajes del gran vestidor.

-Lo haré, cariño. Buscaré un hotel para pasar los días necesarios allí.- Dijo Cora mirando a su hija.

-No hace falta, yo me hago cargo. Tengo a un buen amigo allí, seguro que puede hacerte un hueco en el hotel.- Aseguró Regina mirándola.

Notaba cuando Cora estaba nerviosa, además que a su tía la trasladasen un domingo para empezarle las pruebas demostraba que estaba peor de lo que imaginaban. Regina no quería que su madre se preocupase de nada.

-Está bien, cariño.- Cora se levantó y después de darle un beso en la mejilla a su hija salió de allí.

Regina estaba preocupada por su tía, la conocía muy bien y sabía lo fuerte que era ella por lo que si venía a Boston a ver a algunos médicos significaba que estaría bastante mal. Le hubiese gustado poder acompañar a su madre pero sabía muy bien que su tía no se encontraría cómoda con su presencia, desde la muerte de su prima la relación no era la misma y no deseaba que su estado de salud empeorase.

Terminó de ducharse y al salir decidió no ponerse el traje que había sacado sino que buscó unos cómodos vaqueros y una camiseta de manga larga negra. Había pensado en ir de compras, necesitaba comprar algunas cosas.

Su madre le había dejado una lista de la compra para que pasase por el supermercado además de que necesitaba comprarse algunas mudas de ropa más pues el tiempo empezaba cambiar y el calor cada vez estaba más presente.

M&S

Emma acababa de entrar en su piso, el brazo totalmente inutilizado y un gran enfado. Había ido a ver cómo iba el bar, por suerte Anna y Elsa se desenvolvían muy bien, les había dejado las llaves para que ellas cerrasen, después debía de llamar a Gus y Killian para contarles.

Estaba terminando de calentar una pizza cuando el timbre sonó. Con un quejido de dolor al darse un golpe contra un mueble se acercó para abrir.

-¿Qué te ha pasado?- Preguntó Ruby muy sorprendida al verla.

-Pasa, se me quema la pizza.- Contestó entonces Emma caminando hacia la cocina.

-Déjame que yo te ayude.- Dijo su amiga.

Ruby se puso a mirar la pizza mientras que Emma intentaba introducir un cuchillo sin punta por dentro de la escayola. Le picaba tanto que estaba perdiendo los nervios.

-¡Para!- Gritó Ruby quitándole el cuchillo.- ¿Qué te ha pasado?-Preguntó de nuevo.

-Tuve un accidente con el coche, choqué contra Regina Mills.- Le contestó Emma sentada en la barra de la cocina.

-¿En serio?- Preguntó Ruby.- ¿Ha sido algo grave?- Preguntó entonces ella.

-No, quince días con el brazo así.- dijo alzando el brazo.

Definamos amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora