Capítulo 5

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Regina sonrió ante esa última frase que había soltado la rubia. Emma era más alta que ella pero sus tacones hacía que la diferencia fuese prácticamente nula, dejando que sus ojos quedasen a la misma altura.

La morena tomó una bocanada de aire y antes de darse cuenta estaba reduciendo la distancia que había entre Emma y ella para acabar uniendo sus labios en un beso frenético. Un beso que la rubia estaba esperando desde hacía varios minutos, notaba como la alcaldesa se estaba intentando contener pero daba gracias porque no lo hubiese podido hacer.

Emma pasó su mano buena por la cadera de Regina y la acercó aún más a ella mientras que la morena entrelazaba sus manos en la cabellera rubia que caía sobre los hombros de manera descuidada.

Sus labios se devoraron mientras que sus lenguas danzaban buscando conocerse, buscando ser una sola. Regina agarró las mejillas de Emma y ralentizo un poco el beso para conseguir coger un poco de aire que le faltaba a ambas.

-Ya iba siendo hora...- Soltó Emma después de tomar una bocanada de aire.

-¿Qué?- Preguntó Regina sin dejar de mirar a los ojos verdes de la rubia.

-Me preguntaba cuanto tardarías en tomar la iniciativa.- Contestó entonces ella.-Era una broma.- Aclaró entonces Emma.

-Siempre tan graciosa.- Dijo en tono duro Regina separándose un poco de la rubia, esa mirada la perturbaba.

-Siempre tan seria.- Contestó Emma.- ¿Podemos volver a sentarnos?- Preguntó entonces la rubia.

-Es mejor que me marché.- Soltó entonces Regina, no sabía si quedarse ahí era una buena idea.

-¿Por qué? ¿Tan mal beso?- Preguntó Emma sentándose en el sillón.

-No he dicho eso.- Contestó Regina golpeándose mentalmente por haber caído en el juego de esa rubia impertinente y casi infantil.

-Entonces sí que beso bien.- Dijo acomodándose en el cómodo sofá con su copa de vino en la mano.

-Tampoco he dicho eso.- Soltó Regina que se sentó de nuevo a su lado.

-Tú nunca dices nada...-Dijo acercándose mucho a la morena.- ¿Eres más de acción que de palabra?- Preguntó pero no la dejó contestar pues volvió a unir sus labios con los de Regina que no se sorprendió ante el gesto sino que aceptó encantada la intrusión de los labios de Emma sobre los suyos.

-Soy más de palabra, señorita Swan.- Dijo alejándose lentamente de esos labios que la estaban volviendo loca.- Me dedico a la política.- Añadió entonces tomando su copa para darle un sorbo.

-Cierto, error por mi parte.- Contestó Emma alejándose un poco para poder seguir hablando con Regina.- ¿Por qué dedicarte a la política?- Preguntó Emma.

-Realmente no lo sé, supongo que mi padre me mostro el lado bueno que tiene. A su muerte fue una manera de honrarlo.- Contestó Regina.

-Vaya lo siento.- Dijo la rubia.- ¿Fue hace mucho tiempo?- Emma deseaba seguir conociendo a Regina.

-Hace unos años.- Contesto Regina que sentía como su corazón se encogía.- ¿Sus padres?-Preguntó para alejar un poco el foco de atención de ella.

-No lo sé.- Soltó encogiéndose de hombros.

-¿Cómo es eso?- Preguntó entonces Regina que no entendía nada.

-Me abandonaron cuando era un bebe, así que no los conozco. No sé nada de ellos.-Dijo en un tono desenfadado que la morena no entendía.

-Lo siento.- Regina no pudo evitar sentirse mal por preguntarlo.

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