Capítulo 18

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Las dos se encaminaron hacía un centro comercial cercano. Emma estaba sumamente nerviosa y la morena lo sabía que estaba pasando por su cabeza, por lo que intentaba distraerla hablándole de cualquier cosa y diciéndole todo lo que quería comprar.

-¿Lo haces mucho? –Preguntó Emma.

-¿Qué cosa?- Preguntó Regina mirando un escaparate.

-Decidir quedarte en una ciudad cuando no lo tenías planeado.- Contestó Emma.

-Nunca.- Soltó Regina.

-Lo imaginaba...- Dijo y vio como la alcaldesa alzaba sus cejas.- No eres de las que viaja sin equipaje.- Añadió para explicarse.

-¿Tú sí?- Preguntó Regina.

-Sí, he estado un mes solo con dos mudas de ropa.- Explicó Emma.- Me escapé de un orfanato con una mochila donde solo cabía una camiseta y unos pantalones.- Añadió esta.

-Tuvo que ser difícil.- Dijo Regina apretó la mano de Emma.

-Lo fue pero me hizo más fuerte.- Aseguró Emma mirándola con una sonrisa en la cara.

Regina sonrió y miró a la rubia. Emma se quedó mirando una tienda de videojuegos, la morena no pudo evitar reírse al ver la cara infantil que tenía puesta la rubia. La alcaldesa se paró para que Emma pudiese ver lo que sea que mirase allí.

-¡Que pasada!- Espetó Emma.

-¿Qué?- Preguntó Regina.

-Es un nuevo juego.- Contestó Emma.

-¿Quieres que entremos?- Preguntó la morena mirándola.

-No, lo pediré para que me lo envíen a Storybrook. Vayamos a comprar lo que necesites.- Contestó Emma que realmente no quería gastar ese dinero en un juego.

-Vale.- Espetó Regina.

Regina entró en una tienda donde solía comprarse los trajes de chaqueta, al llegar la saludaron con su nombre por lo que Emma sonrió al darse cuenta de que la conocían. La morena se probó un par de pantalones y unas blusas, cada vez que se lo probaba salía para que la rubia la viese y diese su visto bueno. Regina sabía que no tenía que comprar otra muda de ropa pues no pasaría nada si se ponía la misma ropa dos días seguidos pero así conseguía distraer a Emma.

-Ese me gusta.- dijo Emma al ver a Regina con unos vaqueros negros y una blusa blanca con un escoté bastante considerable.

-Creo que no te gustan mis trajes.- Dijo Regina de broma. Emma había elogiado más todos los atuendos que la morena había elegido con vaqueros que con trajes.

-¡Qué va!- Espetó Emma levantándose y quedando a pocos centímetros de la morena.- tus trajes me fascinan pero no quiero desentonar contigo.- Aseguró entonces ella.

-Tú no desentonas conmigo.- Aseguró Regina reduciendo la distancia para poder besarla lentamente.

Emma se volvió a sentar y dejó que la morena se cambiase de ropa. La dependiente llegó en ese momento y lanzó una lasciva mirada a Regina que no pasó desapercibida para Emma que al ver como la morena le daba las ropas que se iba a llevar se acercó y le dejo un beso en los labios.

-Te espero fuera.- Dijo Emma.

-Vale.- Contestó Regina volviendo a besarla.

Regina pagó la cuenta y salió, se encontró a Emma esperándola en la puerta con su móvil en la mano. Se acercó intentando no hacer ruido y de dio cuenta de que esta estaba jugando.

-Esa dependienta te devoraba con la mirada.- Dijo Emma que había escuchado a Regina acercarse pero lo había ignorado.

-Ya lo sé.- Contestó Regina que había notado la mala cara que Emma había puesto en ese momento.

-¿Lo sabes?- Preguntó la rubia que caminaba a su lado para dirigirse hacia otra tienda.

-Sí, me ha dado su número un par de veces.- Contestó la alcaldesa.

-¿En serio?- Preguntó sin poder evitar mostrar sus celos.

-Sí.- Contestó esta.

-¿Por qué sigues viniendo aquí?- Preguntó Emma.

-Porque me gusta la ropa que tienen, además de que me suelen hacer los trajes a medida.- Explicó la morena.

-Vale.- Contestó Emma sin más.

-Tranquila, creó que le has dejado muy claro que soy tuya.- Dijo en tono de broma Regina.

La morena tiró de la mano de Emma y esta quedó de cara a ella. Regina entrelazó su mano libre en el pelo de la rubia y juntó sus labios con pasión y ardor. Realmente le daba igual el lugar donde se encontraba, solo quería demostrarle a esa mujer que tenía allí que solo le interesaba ella.

-¿Dónde vamos ahora?- Preguntó Emma mirándola.

-¿quieres comprar algo?- Preguntó Regina.

-Creo que sí.- Contestó con una sonrisa pícara que la morena no vio.

Emma cogió la mano de Regina y la encaminó hacia una tienda de lencería. Regina soltó una carcajada al darse cuenta pero no se iba a intimidar. La rubia cogió un par de mudas para ellas, nada demasiado provocador pues ella era más práctica que otra cosa. Por su parte la morena cogió dos conjuntos de encaje negro que provocaron la mirada lasciva de la rubia. Regina se negó a probárselos, aunque Emma hubiese deseado meterse con ella en uno de esos probadores.

Cada una pagó su parte y salieron de allí. Emma se compró unos vaqueros y una camiseta sin mangas pero la morena vio una chaqueta de cuero que a ella le quedaría genial.

-¿Me esperas aquí?- Preguntó Regina dejando a Emma en frente de una heladería.

-Claro. ¿Quieres un helado?- Preguntó Emma.

-Ponte en la cola, no tardaré.- Aseguró está dándole un beso en los labios.

Regina se dirigió rápidamente a la tienda donde había visto la chaqueta y se la compró, sabía que le quedaría de maravilla a la rubia. Estaba deseando verla con ella. La metió en una de las bolsas que ya llevaba para que la rubia no sospechara nada.

Ambas tomaron algo y se marcharon al hospital. Las dos subieron a la habitación, Cora ya conocía a Emma y esta fue presentada a Lena. Después de pasar un rato allí las dos salieron en dirección al hotel, Cora les había ofrecido su habitación pues en el hospital tenía un sofá cama donde ella se estaba quedando, pero le explicó que habían reservado otra.

Regina cogió la mano de Emma y la dirigió hacia la habitación que había reservado, al entrar dejaron las bolsas encima del sofá que allí había.

Emma se quitó los zapatos y saltó sobre la cama quedándose completamente estirada, Regina no podía dejar de sonreír al estar a su lado.

-Esto es el paraíso.- Aseguró Emma que ya había discutido con Regina por no haberla dejado pagar la habitación.

-No está mal.- Contestó Regina quitándose sus tacones.

-Ven aquí.- Pidió la rubia que ahora estaba de rodillas en mitad de la cama.

-Necesito una ducha.- Dijo Regina mirándola a los ojos.

-No te preocupes, nos ducharemos después.- Susurró provocadoramente Emma.- Vamos a sudar, mucho.- Añadió después.

Regina notó como un escalofrió recorría su espalda al escuchar esas palabras con el tono de voz tan ronco que Emma tenía en ese momento.

La alcaldesa recorrió la distancia que había entre Emma y ella. Puso su mano en el pecho de Emma y la empujó para que quedase acostada boca arriba en la cama. La morena apoyó sus manos a cada lado de la cara de la rubia y beso sus labios apasionadamente. Emma bajó sus manos al trasero de la morena obligándola a reducir el poco espacio que quedaba entre ambas.

-Quítate la ropa.- Espetó la rubia cuando Regina la dejó respirar.

M&S

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