Ambas entraron en la mansión, Regina le había dejado un hueco en su armario para que colocase todas sus cosas mientras que ella llamaba a sus amigas para saber si había algún problema por el ayuntamiento. La morena no podía evitar estar preocupada, era su forma de ser y le inquietaba que pasase cualquier cosa y no poder gestionarlo.
Emma bajó al salón donde estaba Regina sentada, la alcaldesa discutía con sus amigas. La morena estaba sumamente molesta pues parecía que ninguna de las dos quería decirle absolutamente nada de lo que estaba aconteciendo.
Al otro lado de su móvil se veía a las dos mujeres sonriendo con complicidad, haciendo que su enfado solo aumentase.
-Relájate. - Espetó Emma dejándose caer en el sillón. – Buenas. - Gritó la rubia para las dos mujeres la escuchasen sin darse cuenta de que era una videollamada.
-Mañana iré a ver cómo va todo. - Soltó entonces esta colgando enfadada.
Emma puso mala cara, pero prefirió no decir nada pues no quería volver a discutir con Regina, esa mujer era tan testaruda que discutir con ella era igual que intentar derribar un muro a cabezazos por lo que prefería dejarla pensar que lo haría y al día siguiente convencerla de que no lo hiciese.
Se había dado cuenta que era el único método que tenía para convencerla de las cosas, eso o distraerla con algo aunque este último método estaba poco perfeccionado.
- ¿Qué quieres comer? - Preguntó Emma.
-Podemos pedir algo. - Contestó Regina que no quería cocinar en esos momentos.
-Puedo cocinar. - Aseguró Emma provocando una carcajada en la morena. - Muy graciosa, ahora voy a pedir una pizza de lo más grasienta. - Dijo entonces está.
-Eres mala. - Espetó fingiendo estar enfadada.
-Lo soy, muy muy muy mala. – Aseguró Regina haciendo que Emma se sentase sobre sus piernas sin dejar de mirarla y sonreír.
Emma comenzó a besarla, Regina se dejaba hacer. Cuando intentó pasar sus manos por la espalda de la rubia esta las cogió y las sujeto sobre la cabeza para que no lo hiciese. Lo hizo suavemente para evitar hacerle daño en el brazo. Continuó con sus besos bajando a su cuello dejando pequeños mordiscos en él, sabía lo que eso excitaba a Regina y se alegraba de conseguir provocarla con tan poco.
De repente la rubia se levantó y dejó a Regina sin saber que hacer o decir al respecto, estaba excitada y quería continuar por donde lo habían dejado.
-Voy a pedir la pizza. -Soltó entonces Emma cogiendo su móvil.
-Muy bien...- Dijo Regina levantándose y estirando su ropa para después encaminarse hacia las escaleras. – Pero que sepas que voy a terminar lo que has empezado. - Soltó provocando que Emma se quedase con la boca abierta.
Emma no se creyó completamente las palabras de Regina por lo que se puso a pedir la pizza y a poner la mesa abriendo una botella de vino para que se airease un poco. La pizza tardaría un poco en llegar pues tenían muchos pedidos ese día por lo que decidió subir a quitarse los vaqueros y ponerse una ropa más cómoda.
Al entrar en el dormitorio vio que Regina no se encontraba allí, pero la puerta del baño estaba entreabierta por lo que imagino que había decidido tomar una ducha. Se metió en el vestidor y saco unos de sus cómodos pantalones y una ancha camiseta para cambiarse.
Regina por su parte había escuchado a Emma entrar en el dormitorio y estaba dispuesta a provocarla y a obligarla a terminar lo que había empezado así que añadió un poco más de agua caliente a la bañera para después comenzar a acariciar su cuerpo caliente por el agua.
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Definamos amor
FanfictionEmma Swan llega a Storybrook por casualidad y acabará montando un bar que conseguirá un gran éxito, por su parte, Regina Mills, la flamante alcaldesa del pueblo ha conseguido la prosperidad y la abundancia del lugar, que estuvo a punto de caer en el...