Regina se marchó a casa y al llegar a la mansión se encontró con sus dos amigas en la puerta, la maleta de Emma seguía allí pero ahora su ropa estaba recogida. Ninguna de las dos se había preocupado por ello y la ropa había pasado toda la noche tirada en el jardín de la morena.
-¿Cómo estas?- Preguntó Kat.
-Bien.- Contestó Regina duramente.- ¿Qué hacéis aquí?- Preguntó entonces abriendo la puerta principal.
-Venir a verte y a almorzar contigo.- Contestó Mal entrando sin darle opción a protestar.
-No os he invitado.- Dijo agriamente Regina. Ese era su carácter cuando estaba cabreada.
-Venga, nunca he necesitado invitación.- Dijo Mal que dejó una bolsa sobre la encimera de la cocina.
Regina resopló y se disculpó subiendo a su dormitorio para cambiarse de ropa y ponerse algo más cómodo, no era algo que ella hiciera normalmente, pero desde que Emma se había mudado a la mansión se había acostumbrado a ello.
M&S
Kat y Mal comenzaron a sacar la comida comprada en Granny para ponerla en platos y comer cuanto antes.
-Tenemos que hacer algo para que se arreglen.- Comentó entonces Mal.
-Lo sé, pero sabes como es.- Dijo Kat bajando la voz para que Regina no la escuchase.
-Emma me ha dado su versión y parece bastante coherente, además de que juntas hacen buena pareja.- Tuvo que reconocer la mujer más mayor.
-No sé porque Regina ha reaccionado así.- Contestó Kat.- Ella es demasiado racional para dejarse llevar por algo así.- Aseguró la rubia.
-Los celos le han nublado la vista.- Aseguró entonces Mal.
-¿Os gusta hablar de mi?- Preguntó Regina entrando bastante enfadada.
-¡No!.- Gritó Mal que se sentía impotente por el sufrimiento de su amiga.- Quiero que vayas a hablar con Emma.- Soltó Mal.- No voy a permitir que una mujer así os haga terminar con una relación como la vuestra.- Añadió mirando duramente a su amiga.
-No hay nada que hacer.- Espetó Regina mostrando su lado más frívolo.
-Regina Mills, no quieres verme enfadada.- Soltó entonces Mal bastante cabreada.
La comida seguía delante de cada una prácticamente sin tocar, Mal era la que más carácter tenía de las tres y era la que provocaba más a Regina. Kat por su parte estaba de acuerdo con ella aunque quizás no demasiado con sus modos.
-No sirve de nada, Mal.- Dijo Kat mirando a sus dos amigas, ambas iban a acabar peleándose si seguían así.
-No le des la razón.- Le regañó Regina.
-La tiene, pero si no quieres verlo no es nuestro problema.- Soltó cansada.- Me voy a casa.- Dijo llevando la comida casi intacta a la cocina.
Regina se sintió mal, después de que su amiga dejó toda esa noche para ir a acompañarla la había tratado sumamente mal. Se levantó sin decir nada y la siguió para encontrársela metiendo los platos en el lavavajillas.
-Lo siento.- Murmuró Regina mirándola.
-No es a mi a quién tienes que pedirle disculpas.-Contestó Kat.- Emma te quiere, y lo ha demostrado demasiadas veces como para que desconfíes de ella en cualquier momento.- Aseguró la rubia.
-Estaba besando a...- Antes de poder terminar la frase Kat la estaba interrumpiendo.
Kat se había acercado a ella y había plantado sus labios sobre los de su amiga, Regina tardó unos segundos en darse cuenta de lo que estaba sucediendo y la empujó ligeramente.
-¿Qué haces?- Preguntó estupefacta por lo que su amiga había hecho.
-¿Lo has visto venir?- Preguntó Kat que vio como Regina negaba con la cabeza.- Lo mismo le habría pasado a Emma, pero tú no te quedaste para ver cual fue su respuesta, o para reclamar lo que es tuyo.- Añadió la rubia.- Preferiste salir de allí y hacer sus maletas.- Kat estaba tan frustrada que no quería seguir hablando.- Si una mujer intentase besar a James le dejaría bien claro que está conmigo, y que no tiene nada que hacer. No saldría corriendo.
-Pero...- Regina se encontraba sin palabras.
-No hay peros, es tal cual.- Dijo Kat.- Me marchó a casa, no tengo ganas de discutir mas.
Kat salió de la cocina y tras despedirse de Mal se marchó, no soportaba esa cabezonería tan característica de Regina.
Mal se quedó esperando en el comedor a que Regina viniese, había visto todo lo que había sucedido en la cocina pero no pensaba decirle nada. Quería que fuese su amiga quién se lo contase, aunque seguía alucinando con que Kat hubiese sido capaz de enfrentarse a ella de esa manera, y sobre todo de que le plantase un beso de manera tan descarada.
-¿Contenta?- Preguntó al ver que la alcaldesa no pensaba decir nada.
-¿Qué le ha pasado a Emma en la cara?- Preguntó pues en el despacho estaba tan enfadada que no le había preguntado.
-¿Por qué no se lo has preguntado a ella?- Preguntó Mal que no pensaba ponérselo fácil.
-¿Lo sabes o no?- Preguntó Regina.
-Sí, lo sé.- Contestó Mal.- Hubo una pelea en su bar y recibió un golpe.- Contestó ella.
Regina no dijo nada más, termino de almorzar en silencio. Notaba la mirada de su amiga clavada en ella y eso no le gustaba. Realmente se sentía presionada y enfadada. La conversación con Kat le había generado dudas, quizás Emma sí le había dicho la verdad y ella la había juzgado mal.
-Me voy, te dejo sola con tus pensamientos.- Dijo Mal recogiendo la mesa.
Regina no dijo nada, simplemente se cambio de ropa y se metió en la cama con un libro. Echaba terriblemente de menos a Emma y no podía dejar de pensar que se había equivocado con ella.
Miró su reloj y vio que eran más de las seis de la tarde, cogió su móvil y marcó el número de la rubia. Primero probó llamando al número de su móvil para después intentar localizarla en su casa. En ninguno de los dos casos consiguió localizarla.
M&S
Era más de las diez de la noche, Regina empezaba a estar preocupada. Después de haber intentado localizar a Emma durante toda la tarde decidió vestirse e ir al Lover, quizás pasaba por allí esa noche.
Entró en el local sin ningún problema, el portero sabía perfectamente quién era y tenía libre acceso. Al llegar a la barra se encontró con Ruby atendiendo, algo que no era habitual pero que había pasado algunas veces, sobre todo cuando el local se llenaba tanto que Gus y Killian no conseguían dar abasto.
-¿Qué desea alcaldesa?- Preguntó Ruby acercándose al oído de Regina para que la escuchase.
-¿Dónde está Emma?- Preguntó Regina que no quería nada de beber.
-Ni idea, me llamó esta tarde y me dijo que viniese a echarle una mano a los chicos porque tenía que salir del pueblo.- Contestó entonces Ruby.
-¿Sabes a donde ha ido?- Preguntó Regina ahora más preocupada que antes.
-Ni idea, no me dijo nada.- Contestó la camarera.
-Gracias.- Dijo y se giró sobre sí misma para marcharse.
Un solo pensamiento recorría su mente, quizás su rechazo y su actitud había provocado que Emma se fuese con esa mujer que la estaba besando. Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando volvió a pensar en ello. No podía aceptar que eso fuese así, que la mujer que había convertido su vida en algo mucho mejor se hubiese ido con otra.
Casi sin querer acabó en la puerta de la casa de su amiga, sabía que Mal la iba a matar pero le daba igual. Necesitaba alguien con quien desahogarse, antes de tocar volvió a llamar al número de Emma aunque sin éxito, volvió a saltarle el contestador.
M&S
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Definamos amor
FanficEmma Swan llega a Storybrook por casualidad y acabará montando un bar que conseguirá un gran éxito, por su parte, Regina Mills, la flamante alcaldesa del pueblo ha conseguido la prosperidad y la abundancia del lugar, que estuvo a punto de caer en el...