Regina se quedó con la boca abierta, ver a Mal de vuelta en el pueblo la dejó estupefacta. La mujer se había marchado hacía varios años para trabajar en un bufete de abogados bastante prestigioso de Boston. Ambas se conocían desde que eran pequeñas, había vivido su infancia juntas y separarse fue complicado aunque ambas eran ya adultas.
Kat, Regina y Mal era el triángulo más peligroso que se podía formar en esa ciudad, las tres eran tan diferentes y tan parecidas a la vez que se lo pasaban en grande. Regina y Mal habían tenido algo parecido a una relación pero que acabó siendo una gran amistad, teniendo una complicidad enorme.
Regina se lanzó a los brazos de su amiga. Esta la recibió encantada, la morena sonreía y abrazaba a su amiga que le respondía con la misma efusividad.
-¿Qué haces aquí?- Preguntó Regina separándose un poco de ella.
-He venido a hacerte una visita.- Contestó entonces Mal.
-Podías haber avisado.- Soltó fingiendo estar enfadada.
-Sí lo hubiese hecho no hubiese sido una sorpresa.- Espetó Mal mirando a Kat con la que había estado hablando antes de que avisase a Regina de que estaba allí.
-¿Dónde te vas a quedar?- Pregunto invitándolas a ambas a entrar en el despacho y sentarse en los sillones.
-En mi casa.- Contestó como si fuese obvio.
-Si lleva años cerrada.- Aseguró Kat mirando a su amiga.
-¿Y qué?- Preguntó esta.- He tenido un servicio de mantenimiento contratado para que la mantuviese en perfecto estado.- Explicó esta.
-¿Cuánto tiempo te quedas?- Preguntó Regina.
-Tengo un mes de vacaciones.- Contestó Mal.
Aunque esta se hubiese ido hacía varios años las tres siempre habían quedado para verse aunque solo fuese un par de días. Ya fuese en Boston o en cualquier otro lugar, una vez incluso quedaron en verse en Paris, que era donde Mal había pasado las vacaciones.
La sorpresa era que Mal volviese a Storybrook, ella tenía malos recuerdos de esa ciudad. Su madre había muerto trágicamente al caer con su coche por unos acantilados, y su hermana había muerto ahogada cuando aún era pequeña. La mujer había estado siempre muy alejada de la ciudad y cuando se pudo marchar a estudiar fuera decidió que no volvería, al menos no de manera definitiva.
-¿Quieres que te ayudemos con algo? –Se ofreció Kat.
-Que va, lo he dejado todo en casa antes de venir a veros. Estoy instalada y me han hecho la compra.- Contesto esta.
-¿Cómo es que has venido a Storybrook?- Preguntó pues no podía contenerse más.
-No lo sé.- Contestó quitando ahora esa sonrisa de su cara.- Creó que necesito reconciliarme con esta ciudad, con mi pasado.- Añadió mirando a ambas.
-Ese psicólogo tuyo...- Bromeó Kat para quitarle tensión al asunto.
-Esta como un queso.- Soltó entonces Mal haciendo que todas las demás se riese.
-¿Te lo estas tirando?- Preguntó sorprendida Kat.
-Obviamente.- Espetó está orgullosa.
-Sabes que eso no es ético. ¿Verdad?- Preguntó Regina sonriendo.
-No creó saber que significa esa palabra.- Soltó de broma su amiga.- ¿Salimos esta noche?- Pregunto para alejar el tema de su psicólogo.
-Nosotras trabajamos mañana.- Soltó Kat revirado los ojos.
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Definamos amor
FanfictionEmma Swan llega a Storybrook por casualidad y acabará montando un bar que conseguirá un gran éxito, por su parte, Regina Mills, la flamante alcaldesa del pueblo ha conseguido la prosperidad y la abundancia del lugar, que estuvo a punto de caer en el...