Capítulo 35

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Emma conducía en dirección a la mansión, ya habían comprado todo y la rubia llevaba una pequeña maleta con sus cosas.

-Es temprano... ¿Podemos pasar por el Lover?- Preguntó Emma.

-Claro.- Contestó entonces está.- No me quiero encerrar en casa.- Soltó Regina.

-Pero sabes que para recuperarte debes descansar.- Espetó Emma mirándola unos segundos.

-Eres una mandona.- Dijo la morena retirándole la mirada a Emma para que no viese la sonrisa que nacía en sus labios.

-Y te encanta.- Añadió Emma que se fijo de nuevo en la carretera.

-De eso nada, Swan.- Espetó fingiendo estar molesta.

-Yo sé que sí.- Aseguró soltando el volante para acariciar el muslo de la morena con su mano.

-Céntrate.- Le regañó.

Emma miró a la carretera y retiró la mano de donde la tenía, sabía que no solo provocaría a Regina sino que se excitaría ella.

La rubia había querido ir al Lover para ver que todo iba bien y dejar algunas instrucciones para los próximos días y unos cheques firmados para que Elsa o Anna pudiese pagar a los proveedores que tenían que venir en los próximos días.

-Voy ahora, quiero llamar a mi madre.- Dijo Regina cogiendo su móvil cuando Emma aparcó el coche en la puerta del local.

Emma asintió y salió del coche después de darle un beso en los labios. La morena sabía que su madre estaría preocupada así que decidió llamar antes de que ella lo hiciese.

-Hola, mama.- Dijo Regina.

-Hola, cariño. ¿Cómo estás?- Preguntó Cora preocupada.

-Bien, no te preocupes.- Contestó entonces Regina.- Ha sido solo un susto.- Añadió la morena.

-¿Seguro?- Preguntó.

-Claro que sí.- Contestó entonces Regina.- ¿Cómo estáis vosotras?- Preguntó para alejar la conversación de ella.

-Bien, a tú tía le dará el alta en un par de días.- Aseguró Cora.

- Esa es una magnífica noticia.- Dijo Regina contenta.- Avísame y voy a por vosotras.

-No hace falta, cariño. Cogeremos un taxi.- Aseguró la morena mayor.

-Puedo ir a por vosotras, el camino en taxi se hace algo pesado.- Contestó Regina.

-No sé si estarás para conducir.- Dijo Cora.

-Tranquila, Emma no me deja hacer nada.- Soltó casi sin pensarlo.

-Veo que os va bien.- Dijo su madre con una gran sonrisa dibujada en su rostro. Realmente estaba contenta por ella.

-Si.- Aseguró Regina.

-Bueno, cariño. Me alegro mucho, pero ahora tengo que dejarte que acaban de traer a tu tía y tiene que comer.- Dijo Cora.

-Vale, mama.- Contestó Regina despidiéndose de su madre.

La morena bajó del coche y se dirigió al Lover, Emma estaba en ese momento ordenando algunas cosas que tenía puestas en la barra. Al verla entrar sonrió, y le puso un café encima de la barra.

-Invita la casa.- Dijo de broma Emma alzándose sobre la barra para poder llegar a los labios de Regina que se acercó para corresponder al gesto.

-¿Todo bien?- Preguntó la morena cogiendo la taza.

-Sí, Elsa, Anna, Gus y Killian son unos magníficos empleados y saben gestionarlo todo sin problemas.- Contestó Emma.- Sólo tenía que firmar algunos cheques para que puedan pagar a los proveedores.

-Emma, puedes quedarte aquí. Yo estoy bien.- Le aseguró Regina.

-Claro que no.- Espetó Emma.- Yo me voy contigo, todo va de maravilla.- Aseguró.

-Eso es cierto.- Interrumpió Anna con su habitual sonrisa.- Además, estamos más tranquilas sin tener a la jefa dando vueltas por aquí.- Bromeó ganándose una mirada oscura de Emma.

-¿Tenéis una jefa explotadora?- Preguntó Regina.

-Algo así.- Continuó con la broma Anna.- Es broma, Emma es una gran jefa.- Dijo mirando a la rubia que sonreía.

-Estoy segura que sí.- Regina se levantó y se acercó para darle un beso en los labios a Emma. Fue un simple roce pero el gesto lleno de felicidad a la rubia.

Ninguna de las dos había tenido ese tipo de actitudes en Storybrook desde que Regina rechazó el beso de Emma. Esas muestras de cariño solo reafirmaban los sentimientos que la morena tenía por la rubia y viceversa, ambas deseaban estar todo el tiempo juntas, tocándose, acariciándose, besándose.

Anna las miró riéndose, en ese mismo momento entró Gus por la puerta acompañado de Ruby. Los dos se miraron, seguían alucinando con la relación de Emma y Regina, eran tan diferentes que hasta podría salirles bien.

-Vaya, vaya....- Soltó Ruby haciendo que ambas se separase.- La nueva parejita.- Espetó después.

-¡Rubs!.- Le regañó entonces Emma.

-Sois tan sexys.- Espetó mirándola fijamente.

Gus le dio un fuerte golpe en el brazo para que dejase de hablar así, pero sobre todo para que dejase de devorar a ambas mujeres con la mirada. El hombre no podía negar que le encantaba la personalidad de su amiga pero a veces era un tanto imprudente.

-Que tú eres gay, no puedes ser objetivo.- Gritó cuando recibió el golpe en el brazo.

-¡Parad!- Soltó Emma, ella no tenía problema con los comentarios pero no quería que Regina se sintiese incómoda.

-Tranquila, cariño.- Dijo Regina mirando a Ruby.- Siempre he sabido que la señorita Lucas ha tenido pensamientos muy poco sanos conmigo.- Ruby se quedó con la boca abierta, no podía creer que la alcaldesa había dicho eso.

-¿Cómo...?- Ruby se había quedado sin palabras por una vez en la vida.

-No es muy disimulada.- Contestó Regina.

-Deja de mirarla.- Espetó Emma que se estaba sintiendo un poco celosa en ese momento.

-¿Estas celosa?- Preguntó Ruby sonriendo.- Creó que puedes estar tranquila.- Miró a Regina.

-Así es.- Contestó está.- Solo me interesa la señorita Swan.- Añadió.

-Sí en algún momento os interesa un trío, solo llamadme.- Dijo bajando la voz.

-¡Nos vamos!- Espetó Gus tirando de Ruby.

La mujer se fue protestando mientras que Regina, Emma y Anna estallaron en carcajadas, realmente esa mujer estaba completamente loca.

Emma terminó todo lo que tenía que hacer y ambas se volvieron a subir en el coche, Emma antes de arrancar se giró para mirar a la morena que seguía sonriendo.

-Me encanta cuando sonríes.- Regina la miró sin quitar esa expresión de su cara.- Y siento lo de Ruby.- Se disculpó Emma.

-Tranquila, Emma.- Dijo la morena.- Conozco a la señorita Lucas desde siempre, sé perfectamente como es y aunque no se pueda decir que somos amigas nos conocemos y sabemos hasta donde podemos llegar.- Añadió dándole otro beso a la rubia.

-Guay.- Espetó Emma contenta.- Esto quiere decir que ahora tengo derecho a besarte donde quiera.- Dijo mientras ponía el coche en marcha.

-Quizás.- Contestó está de broma. 

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