Capítulo 19

324 39 2
                                    

Regina se levantó de la cama y se quitó rápidamente su blusa y sus vaqueros quedando solo en ropa interior. Vio como la mirada de la rubia se centraba en ella y como sus ojos se oscurecían, le encantaba provocar esas cosas en Emma.

-¿Más?- Preguntó Regina pasando sus manos por el pelo mientras movía las caderas.

-El tanga.- Pidió Emma mirándola mientras se mordía los labios.

-¿Cómo se piden las cosas?- Preguntó Regina.

Emma no contestó a eso, se levantó y se puso de pie en la cama quitándose toda su ropa rápidamente. Ella se había quedado completamente desnuda mientras que Regina seguía moviéndose lentamente y la miraba. La alcaldesa tuvo que tomar una bocanada de aire para no lanzarse sobre Emma que se movía rápidamente.

Los pezones de la rubia estaban completamente duros y sus pechos se movían mientras que Emma saltaba para sacarse sus ceñidos pantalones. Regina sacó toda la fuerza de voluntad que no recordaba tener.

-Quítatela.- Pidió Emma ahora desnuda sobre la cama.

Regina vio como Emma echaba hacía abajo las sábanas de la cama con las piernas. La morena obedeció y se las quitó sin dejar de mirar a la rubia, quería ver cualquier acción o gesto que esta hiciese.

-¿Ahora?- Preguntó Regina que le había tirado el tanga a Emma que lo cogió al vuelo sonriendo.

-El sujetador.- Contestó Emma apoyando su espalda en el cabecero de la cama. Dobló sus piernas y las abrió dejando ver a Regina.

-Juegas con fuego...- Susurró Regina que se estaba quitando la parte de arriba lentamente.

-Me encanta quemarme.- Contestó entonces Emma pasando su mano por sus pliegues, estaba totalmente mojada.

Regina se quedó ahora sí completamente desnuda de pie a los pies de la cama mientras que Emma jugaba con su clítoris ante la atenta mirada de Regina que seguía mirándola sin moverse.

-¿Quieres que lo haga yo?- Preguntó Regina sonriendo pícaramente.

-¿Quieres hacerlo?- Preguntó gimiendo de placer pero sin dejar de mirar ese cuerpo perfecto de Regina.

La alcaldesa entró de rodillas en la cama y se fue acercando lentamente mirándola fijamente. Al llegar a la altura de Emma se tumbó en la cama retirando la mano de Emma para comenzar a lamer los pliegues de la rubia que soltó un gemido ahogado ante el movimiento de la morena.

-¡Joder!- Espetó Emma entrelazando sus dedos en el cabello de la morena para animarla a seguir donde mismo estaba.

Regina no pudo evitar sonreír, le alegraba enormemente lo que le provocaba a la rubia que gemía y decía su nombre con la voz ronca y excitada. Los movimientos de la lengua de Regina eran lentas y cuidadosas.

-Entra.- Espetó al notar los dedos de la morena jugando con ella.

La morena obedeció e introdujo sus dos dedos en el interior de Emma que estaba completamente húmeda. Los movimientos eran lentos y constantes acompañados por los movimientos de su lengua sobre su clítoris.

-Joder, Regina.- Espetó Emma que cada vez tiraba más del cabello de la morena.

Regina aumento el ritmo ligeramente pero sin llegar a darle a Emma lo que tanto deseaba y necesitaba. Era un movimiento constante pero que no conseguía que Emma alcanzase el orgasmo que tanto necesitaba.

-Me voy a correr.- susurró la rubia que ya no aguantaba más a pesar de la lentitud de la alcaldesa.

Regina decidió no hacerla sufrir más y aumento notablemente sus movimientos notando como sus dedos cada vez se movían con mayor dificultad dentro de la rubia. Emma soltó un gemido ahogado acompañado del nombre de la morena. La satisfacción fue tal que la rubia se quedó casi sin respiración, su cuerpo estremeciéndose.

Definamos amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora