Capítulo 23

274 39 1
                                    

Habían terminado de cenar y se habían tomado una tarrina de helado que Emma guardaba en su nevera. Las dos charlaban tranquilamente, el tema del sabotaje había quedado atrás hacía bastante tiempo.

-Es hora de irme.- Dijo Regina terminando de recoger todo.

-¿A dónde vas?- Preguntó Emma dejando la cuchara en el fregadero.

-A mi casa, es tarde y mañana madrugo.- Contestó Regina abriendo los brazos para recibir a Emma que aceptó encantada.

-No me parece justo.- Soltó la rubia para después besar los labios de la morena que correspondió al gesto.

-¿Qué no te parece justo?- Preguntó Regina separándose un poco, tenía curiosidad por saber por dónde le saldría Emma esta vez.

-Hemos hecho el amor en tu cama, en el hotel pero no en mi casa.- Contestó con una sonrisa pícara en su cara.- Creó que me toca jugar en mi terreno.- Añadió la rubia.

-¿Me estas pidiendo que me quede?- Preguntó Regina.

-Con todas y cada una de mis palabras.- Contestó entonces Emma que comenzó a empujar levemente a Regina para llevarla hacia la habitación.

Regina se dejó guiar mientras besaba y acariciaba el cuerpo de la rubia que respondía a cada uno de sus gestos. Esa mujer la estaba volviendo completamente loca y no podía evitarla aunque quisiese.

Al llegar al dormitorio la empujó suavemente y la dejó caer en la cama cayendo ella después, con cuidado de no golpearse el brazo, con el que cada día estaba más y más frustrada.

-Te vas a hacer daño.- Dijo Regina quitándole la camiseta lentamente.

-No importa.- Aseguró esta sonriendo maliciosamente.- Habrá valido la pena.- Añadió después.

Regina soltó una carcajada y con un rápido movimiento dejó a la rubia apoyada contra la cama. Emma mostró su disgusto pero prefirió no enfrentarse a la morena en esos momentos pues perdería.

La morena se levantó y se quitó toda su ropa, notando como Emma la miraba sin alejar ni un solo segundo la mirada de su cuerpo. Una vez completamente desnuda se volvió a echar sobre el cuerpo de la rubia que estaba deseando que lo hiciese.

Emma se quitó el sujetador como podía mientras que Regina le desabrochaba el pantalón y se lo quitaba junto con su ropa interior. En ese momento ambas estaban completamente desnudas, mirándose, devorándose solamente con la mirada.

Regina beso el cuello de la rubia mientras que esta acariciaba la espalda de la alcaldesa. Las dos estaban en perfecta sincronía, se movían al ritmo perfecto y justo que reclamaba cada situación.

La rubia deseaba profundamente poder girar y quedar encima de la morena pero sabía que sería un grave error y que se acabaría haciendo daño así que prefirió adaptarse a la situación y cuando Regina estaba lamiendo y acariciando sus pechos ella deslizó su mano hacía el interior de la alcaldesa que soltó un gemido ahogado.

-Ya estas así y aun no te he tocado.- Soltó Emma que notaba lo mojada que estaba Regina.

La alcaldesa dirigió su mano hacía el clítoris de Emma y se dio cuenta de que estaba igual o más excitada que ella, por lo que sonrió.

-Creó que tu estas peor.- Aseguró torturando un poco a la rubia que gemía sin poder controlarse.

Las dos comenzaron a moverse a un ritmo lento, mientras que sus labios se devoraban y sus lenguas danzaban. Fue Emma la que aceleró el ritmo cuando se dio cuenta de que no iba a poder aguantar mucho más. Regina lo notó y aceleró también el ritmo ligeramente, ninguna de las dos quería alcanzar el orgasmo antes que la otra.

Ambas acabaron agotadas, echadas en la cama. Emma tenía apoyada su cabeza en el pecho de Regina que acariciaba su cabello con calma y tranquilidad.

-Siempre he deseado poder tener una familia.- Dijo Emma que había estado muy silenciosa.

-¿Perdón?- Preguntó Regina que no había escuchado pues también estaba enfrascada en sus pensamientos.

-Que siempre desee una familia, unos padres, hermanos...- Contestó Emma acariciando el pecho de la morena que la apretó entre sus brazos.

-Quizás puedas tenerla, además ahora me tienes a mi.- Aseguró Regina dándole un beso en la frente.

-Lo sé, y me gusta mucho. Quizás tengas razón, tal vez Jackie sea la familia que siempre he deseado.- Contestó bajando un poco la voz.

-No me quiero meter, es una decisión tuya pero si le das una oportunidad podrías descubrir que merece la pena.- Explicó Regina que seguía con sus caricias.- Y si no es así, siempre me tendrás a mí.- Añadió casi en un susurro.

-Gracias.- Dijo besando el pecho de la morena.- Gracias por todo.- Repitió besando ahora sus labios.

-De nada, solo deseo lo mejor para ti.- Aseguró Regina.- ¿Nos damos una ducha y nos vamos a dormir?- preguntó pues se dio cuenta que Emma no deseaba seguir hablando del tema.

-¿Solo una ducha?- Preguntó pícaramente.

-Sí, solo una ducha. Mira la hora que es y mañana tenemos que madrugar.- Contestó a modo de regañó la morena.

Ambas se metieron en el baño para salir un rato después y meterse en la cama, había sido un día muy largo y con muchas emociones y ambas estaban agotadas. No tardaron nada en quedarse profundamente dormidas.

M&S

Regina se levantó algo más temprano pues debía de pasar por la mansión a cambiarse de ropa antes de dirigirse al ayuntamiento donde tenía una gran cantidad de cosas que resolver. Realmente haber cancelado todo lo que tenía para el día anterior había provocado un desajuste en su agenda que tardaría mucho en solucionar.

-Buenos días, Kat.- Dijo Regina entrando por la puerta.

-Hola.- Contestó está cogiendo la agenda para seguirla al despacho.- ¿Todo bien con tu tía?- Preguntó esta.- Me quedé preocupada ayer cuando me llamaste.

-Sí, por suerte todo bien. Llamaré esta tarde para saber cómo ha ido la operación.- Contestó Regina.

-Me alegro.- Dijo.

-¿Esta muy llena?- Preguntó mirando su agenda.

-Desbordada, pero he intentado cuadrarla lo mejor que he podido.- Explicó entonces Kat.

-Vale, no hay problema.- Soltó entonces.

Kat le empezó a comentar todo lo que tendría ese día por delante y como se le presentaba la semana, que sería mucho más larga de lo habitual. Regina tan solo hizo un par de cambios pero estaba de acuerdo con el trabajo de su amiga.

Cuando Kat estaba por salir del despacho, con los documentos ya firmados y listos, Regina la llamo y la detuvo antes de que lo hiciese.

-Dime.- Dijo la mujer.

-Llama a Mal, necesito que me haga un favor.- Contestó entonces está.

-¿Te ha pasado algo con Emma?- Preguntó pensando que la morena buscaba acostarse con Mal.

-No, claro que no.- Soltó imaginando lo que estaba pensando Kat.- Quiero que me ayude para denunciar a Leroy, ha sido él quien ha saboteado el bar de Emma.

-¿Cómo que ha sido él?- Preguntó alucinando.

-Pues eso...háblale y coméntale lo que te he dicho. Dale el número de Emma y que se ponga en contacto con ella, adviértele que se tiene que portar y que no vaya a decirle nada a Emma.- Contestó entonces esta.

-Sabes que eso es muy difícil.- Aseguró riéndose.- Mal no sabe estar callada.- Soltó de nuevo.- ¿Cómo se te ha ocurrido algo así?- Preguntó alucinando.

-Porque sé que ella es una profesional.- Contestó entonces Regina.- Es la mejor para este trabajo.- Añadió.

-Vale, vale.- Contestó Kat.- Yo le aviso.- Soltó ella.- Me voy que tengo mucho trabajo.

-Está bien.- Dijo Regina.- Tráeme un café cuando puedas, gracias.

M&S

Definamos amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora