Capítulo 45

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Habían salido del restaurante después de haberse tomado esa porción de tarta que Regina tanto quería. Emma seguía insistiendo para que le dijese hacía donde se dirigían, pero esta se negaba a hacerlo por lo que prefirió dejar de hablar y fingir estar enfadada.

-Quita esos morros.- Le regañó Regina soltando la mano de Emma para colocarse a su espalda y deslizar sus manos por sus caderas mientras continuaban andando.-Te va a encantar.- Murmuró dejando un pequeño mordisco en el cuello.

Emma no pudo evitar sonreír ante la actitud de Regina. Todavía recordaba como Regina se había negado a besarla en público cuando empezaron a salir, y ahora era ella la que tenía que frenar a la morena para no montar un espectáculo.

-¿Dónde vamos?- Preguntó Emma viendo que seguían caminando sin mucho rumbo.

-Hacía el coche.- Contestó Regina que seguía abrazada a la espalda de Emma.

Las dos se encaminaron hacía allí. Regina abrió la puerta de Emma y de nuevo se subieron para encaminarse hacía la segunda sorpresa que la alcaldesa había preparado para Emma.

M&S

Unos minutos después Regina aparcó el coche delante de un enorme y magnifico hotel que se encontraba en el centro de Boston. Emma se quedó mirando bastante impresionada, se había imaginado que sería algo así pero nunca pensó que Regina habría reservado en un hotel como ese.

Regina abrió la ventanilla y habló con el aparcacoches que allí había, el hombre miró su Tablet y allí confirmaba que la alcaldesa tenía reserva y que además incluía aparcamiento.

-Espérame en la recepción.- Le pidió a Emma dándole un beso en los labios.

Emma no estaba muy convencida, pero prefería no contradecir a Regina en esos momentos, ese lugar era espectacular y jamás podía haber soñado con algo así.

-En el maletero hay dos pequeñas maletas, súbalas a la habitación cuando pueda.- Pidió Regina educadamente al joven dejándole una buena propina.

-Claro, señora.- Dijo entonces el muchacho.

Regina entró rápidamente a la recepción y se encontró con Emma observando fijamente una de las grandes estatuas que había allí. La morena llegó por detrás y le pasó su mano por la espalda para animarla a acompañarla.

-Esto es magnifico.- Aseguró Emma siguiendo a Regina.

-Y no lo has visto todo.- Contestó entonces esta.

Emma sonrió y cogió la mano de su novia mientras que se encaminaban a la recepción, donde había una joven que estaba mirando demasiado a Regina.

La alcaldesa dio su nombre y la mujer las registro en una de las habitaciones, por petición de Regina no le habían dicho a Emma absolutamente nada. Cogieron la tarjeta que les daría paso a la misma y subieron por el ascensor que le había indicado la recepcionista.

-¿Cuándo has planeado todo esto?- Preguntó Emma cuando estaban en el ascensor.

-Durante esta semana.- Contestó entonces Regina.- Quería darte una sorpresa, quería compensarte por todo lo que ha pasado.

Emma no se pudo contener y se abalanzó sobre Regina apoderándose de sus labios frenéticamente. Un beso apasionado y exigente que solo acabó cuando una pareja mayor subió en el ascensor.

Ambas se separaron algo avergonzadas pero el matrimonio las miró y no pudo evitar sonreír.

-No os preocupéis.- Dijo la mujer con el pelo corto blanco.- Aun recuerdo esos años donde Robert y yo no podíamos quitarnos las manos de encima.- Explicó mirando enamorada a su marido que sonrió también.

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