Capítulo 11

52 5 1
                                    



Me remuevo al sentir que ya me siento incómoda en la posición que estoy. Subo mi pierna en la almohada y la abrazo pegándola más a mi.

Abro los ojos y cierro los ojos cuando siento un peso en mi cintura.

Definitivamente la almohada no tiene brazos.

Me encuentro con la tierna escena de Cayden profundamente dormido. Sus labios están entreabiertos, parece aún más joven cuando duerme.

Sonrío levemente, pero mi sonrisa se borra cuando caigo en cuenta en la posición que estamos. Su cuerpo esta completamente pegado al mío, su brazo rodea mi cintura, al igual que mi pierna rodea la suya con mucha confianza. Puedo hasta jurar que siento su miembro a través del pantalón.

Pongo mis manos en su pecho y suavemente lo alejo, me doy cuenta que estamos en una oficina, creo que es la suya.

Cayden se niega a dejarme a ir, dice algo entre sueños y me pega más a él. Esconde su rostro en mi cuello, donde deja un suave beso.

— Quédate aquí, cariño —susurra.

Cierro los ojos, sentir su respiración en mi cuello, sentirlo tan cerca me hace sentir cosas que nunca pude sentir antes.

Siento mi tanga húmeda.

Me permito disfrutar unos segundos más de estas sensaciones que me hace sentir.

Joder, ningún chico antes había logrado excitarme de esta manera. Ni cuando perdí la virginidad.

No se si Cayden aún sigue dormido o está soñando, pero sus manos empiezan a acariciar levemente mi cintura.

Mal momento para llevar vestido corto.

Mi vestido se a subido un poco más, puedo sentir como empieza a dejar mi trasero al descubierto. El también parece notarlo cuando su mano empieza a bajar hasta mi muslo descubierto y sube lentamente acariciando mi piel. Su mano se pierde dentro de mi vestido.

Sus labios empiezan a dejar pequeños besos en mi cuello, tengo que morder mi labio inferior para evitar dejar salir algún gemido.

Pero me es imposible aguantarme un segundo más cuando con decisión aprieta mi trasero y lame lentamente la piel de mi cuello.

— Te extrañaba, Lauren —susurra.

En cuanto lo escucho todo rastro de excitación se borra. Frunzo el ceño y lo empujo con fuerza provocando que termine en el suelo. Abre los ojos grandes, asustado. Me mira confundido.

— Que mal que no soy Lauren —arreglo mi vestido cuando me pongo de pie, busco con mi mirada mis zapatos. Cuando los encuentro los tomo con rabia y luego mi bolso.

— Gala —Cayden se pone de pie e intenta tomar mi mano, pero la alejo y lo miro bastante mal— Discúlpame...

Lo ignoro, saco mi celular de mi bolso, son las siete de la mañana.

— Gala, no me ignores, eso es inmaduro —vuelvo a mirarlo mal.

— ¿Amanecimos aquí?

— Si —asiente y vuelve hablar del tema anterior— Perdón por tocarte as...

— Fue algo sin importancia —levanto la mano haciéndolo callar— No me interesa hablar de eso.

— Si fuera sin importancia no estarías tan enojada —se cruza de brazos.

— Para mi lo fue —me pongo las sandalias— maldita sea, dejé a mi abuela plantada —saco rápidamente mi celular.

— Ella te llamó anoche, le expliqué el porqué no habías ido a verla.

— Okey —murmuro, paso una mano por mi cabello para arreglarlo al menos un poco— Iré al departamento de Lorenzo a bañarme, tenemos algo pendiente.

— Puedo llevarte —toma una chaqueta y se pone rápidamente los zapatos.

— No, gracias. Tomaré un taxi —me dirijo hacia la puerta.

— Gala —me llama.

— Espero que al menos cuando te hagas la paja tengas claro de en quién estás pensando —le digo antes de salir, le dejo nuevamente con la palabra en la boca.

Toco el botón del ascensor varías veces, mirando de vez en cuando hacía la puerta de su oficina. Rezando porque no salga hasta que me haya ido.

Esta vez Dios me escucha. El ascensor llega, entro y casi de inmediato las puertas se cierran cuando toco el botón del primer piso.

Suspiro cuando estoy completamente sola, miro en el espejo, no puedo ocultar la decepción en mi rostro.

¿Lo habrá notado el también?



[•••]


Cayden intentó pasar por mi cuando estaba lista, pero en todo momento me negué y me fui al aeropuerto sola.

Nos juntamos antes de abordar el avión, solo porque él tenía los boletos. Tomé el mío, le agradecí y me fui hacer la fila sintiéndole detrás de mi todo el tiempo.

En el avión apenas y pasamos palabras.

¿Lo peor de todo esto?

Que aún sigo deseando que me vuelva a tocar, deseo sentir sus labios en mi cuello y sus manos tocar mi trasero.

Masturbarme no fue suficiente.

— Maldita sea —susurro cerrando los ojos unos segundos.

— ¿Estás bien? —Cayden pregunta mientras deja un libro a un lado.

<< Hasta leyendo un libro se ve jodidamente sexy >>

— Si —asiento— Solo estoy incómoda.

— ¿Quieres el lado de la ventanilla? —me mira a los ojos.

<< ¡Deja de mirarme así! >>

— Si, por favor.

Me pongo de pie para pasarme a su asiento, pero sin calcular lo que haríamos, Cayden también se pone de pie y pasa por detrás de mi. Muerdo mi labio cuando siento como su cuerpo se roza con el mío.

Cuando nos sentamos cada uno en el lugar del otro, no me atrevo a mirarlo.

No puedo.

— Gala —toma suavemente mi barbilla y me obliga a mirarlo. Miro sus labios por unos segundos, luego lo miro a los ojos— No sabes en lo que te estás metiendo.

— ¿De que hablas? —me hago la inocente

— No te hagas la inocente, ya se de lo que eres capaz —murmura, acercando su rostro al mío— No puede, ni pasará.

— Te da miedo que una chica, mucho menor que tú pueda dominarte —rio levemente, tomo su mano y la quito de mi barbilla— Tranquilo, no pretendía...

— No lo entiendes.

— Cayden, déjalo así —niego con la cabeza.

Esta vez vuelve a tomar mi barbilla con un poco más de fuerza.

— Si no lo hago, no es por lo que podrían decir —me mira a los ojos— Trabajo para ti.

— ¿Y que? —susurro.

— No mezclo el trabajo con lo personal —susurra— Pero ganas no me han faltado de besar esta boquita tan contestona —mira mis labios.

Sonrío sin poder evitarlo. Me acerco hasta rozar sus labios, noto como los deja entreabiertos, está dispuesto a besarme.

Pongo mi mano en su frente y lo alejo.

— Lamentablemente, no me meto con hombres casados, menos enamorados.

Me acomodó en mi lugar, tomo mi celular, conectó los AirPods y me los pongo, subo la música a todo volumen. Miro por la ventanilla, dedicándome a ignorarlo por completo en lo que resta del viaje.

Mi Destino © +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora