Capítulo 25

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Me siento en un bar que está dentro del centro comercial. Pongo las bolsas en la silla a mi lado y pido un cuba libre.

Cuando el chico se aleja para preparar lo que le he pedido, saco las fotos que estaban dentro de una de las bolsas. Antes de venir aquí entré a una tienda donde imprimen fotos, me prestaron una computadora y ahí busqué las fotos, le pedí al chico encargado que las imprima.

— Aquí tienes —me acerca el trago, me sonríe.

— Gracias —intento sonreír, pero la sonrisa simplemente no me sale. Guardo las fotos nuevamente— ¿Cuánto te debo?

— Cortesía de la casa —me dice— Siento que te he visto en algún lado.

— No creo que una chica tan común sea conocida —le digo, aunque cuando estuve buscando en la computadora me di cuenta que mi rostro estaba en noticias, muchas.

— No eres común —niega con la cabeza— Eres muy guap...

— ¿Estás coqueteando conmigo? —lo interrumpo, alzo una ceja.

— No se me da bien, ¿verdad? —asiento— Rayos —rio leve— al menos te hice reír.

—Tienes suerte —tomo el vaso y bebo un poco— Estos días han sido un asco.

— ¿Quieres hablar de eso? —apoya sus brazos en el mostrador— No hay muchas personas que atender y soy muy bueno escuchando.

— Gracias, pero no soy de contarle mis problemas a un desconocido.

—  Carson —se presenta, extiende su mano. Miro con detenimiento al chico, diría que tiene más o menos mi edad, tal vez uno o dos años mayor que yo. Lleva la cabeza casi rapada, sus ojos son verdes y cuando sonríe se le hacen dos lindos hoyuelos.

— Teresa —tomo su mano.

— No tienes cara de que te llames Teresa.

— ¿Ahora eres un lector de rostros? —suelto su mano.

— Digamos que cuando trabajas en un bar, te vuelves experto —sonríe.

— Tú acento, ¿eres español?

— Si —sonríe orgulloso— Mi madre es española, papá estadounidense.

Mi mente por un momento se desconecta de la conversación y va a un artículo que pude leer rápidamente mientras buscaba las fotos.
En un artículo insinuaban que mi mamá era de origen latino.

¿Tal vez por eso la familia de papá nunca aceptó la relación de mis padres?

¿Son racistas?

— ¿Oye estás bien? —chasquea los dedos— te quedaste mirando un punto fijo, muy seria. Por un momento pensé que tenía a mi jefe detrás. O un fantasma, quién sabe.

— Perdón —rio leve, vuelvo a beber de mi vaso— Me quedé pensando en algo.

Miro el reloj qué hay en el bar, la hora que Cayden me dió casi se acaba.

Me quedo hablando con Carson lo que resta de la hora, es un chico súper divertido y siempre tiene un tema de conversación. Me cuenta mucho de su vida en España, como es por allá y sus costumbres. Cuando llega la hora de salir, me despido de él un poco tomada.

Estuve tan entretenida que me bebí más de un vaso de alcohol.

Espero ver el auto de Cayden al salir, pero no está. Pasan cinco minutos y ni rastro. Cuando pasan quince minutos ya empiezo a fastidiarme de esperar. Las personas salen y entran del centro comercial. Cuando pasan treinta minutos decido volver a dentro, cuando Carson me ve su rostro vuelve a iluminarse.

Mi Destino © +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora