Capítulo 22

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Apoyo mis manos sobre mis rodillas, intento recobrar la respiración. Mi corazón está latiendo rápido por que estuve trotando segundos atrás, el sudor recorre gran parte de mi cuerpo.

Hace tiempo no hacía tanto ejercicio y el fumar antes tampoco fue buena idea.

Creo que desde que llegué no he vuelto a fumar, los problemas tienen tan ocupada mi mente que no vuelto a pensar en fumar.

Me enderezo, tratando de recordar por donde vine.
Ya llevo dos días haciendo esto, aunque ayer no me había alejado tanto de la cabaña.

Llevo tres días sin poder dormir bien, todo por culpa del rubio tatuado. No dejo de cuestionarme y pensar en que hice mal para que se fuera aquella noche, desde aquella noche no hemos vuelto hablar más que dos o tres palabras.

Y solo cuando estamos reunidos con los hermanos.

Relamo mis labios, intento dejar de pensar en él.

Pero es imposible.

Me he estado levantando cinco o seis de la mañana, cuando todos duermen. Y siempre tengo que verlo dormir en el sofá. La primera noche baje e intente que fuera a dormir a la habitación... pero me ignoró.

Dolió bastante.

No se ni porque lo extraño, solo fueron unos estúpidos besos insignificantes.

<<Si fueran insignificantes no estarías pensando todo el tiempo en el>>

Resoplo.

— Oye caperucita, te estábamos esperando para desayunar —me asusto cuando escucho a Destiny llegar— Wow, en que pensabas que no me escuchaste venir.

— ¿Ahora soy caperucita? —alzo una ceja, dejando a un lado lo que dijo de último— Ayer era canelita, hoy caperucita. Me haces sentir un perro ¿Sabemos?

Ambas reímos, empiezo a caminar nuevamente, esta vez con Destiny a mi lado. Es una chica muy hermosa, de verdad es hasta imposible no dejar de mirarla. Y no porque me gusten las chicas, solo se apreciar la belleza de otras personas.

— Es de cariño, no te enojes —sonríe— Dave y yo nos vamos dentro de poco.

— ¿Piensan dejarme con Shrek? —Ella se ríe a carcajadas.

— Ese ogro te va a cuidar muy bien —dice una vez se calma, me mira con esos ojos tan peculiares y bonitos que tiene. Un azul claro, tan claro como el azul del cielo— Debemos volver por unos encargos de Cayden, todavía no puede volver y ponerse a la vista. Volveremos dentro de dos días más o menos si las cosas no salen como pensamos.

— ¿Cuáles encargos? —pregunto curiosa.

— Ya lo verás si volvemos —me guiña un ojo. De su bolsillo saca una navaja de color negro— Toma, esto es para ti.

— Oh... gracias —la tomo— Pero no creo que sepa usarla.

— ¿Haz visto los simpsons? —asiento— Haz entonces como Bart, meto cuchillo saco tripas.

Esta vez es mi turno de reír a carcajadas.

— Sinceramente no se como se te ocurren tantas cosas al momento —niego con la cabeza.

Dave, Destiny y Cayden se conocieron cuando Cayden empezó a trabajar para mi papá. En uno de sus encargos terminó salvándolos de unos tipos a los que ellos le debían dinero.

Muchas personas piensan que son gemelos, pero no, se llevan un año de edad. Están en los veintidós y veintitrés, Destiny es más pequeña que su hermano. Lo mejor de todo es que se tienen el uno al otro, se cuidan el uno al otro. En este caso, Destiny cuida a su hermano, tiene un carácter más fuerte que él, no le teme a nada.

Mi Destino © +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora