Capítulo 36

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Preparen las palomitas 🍿

Que disfruten el capítulo.

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Jadeo cuando alguien toma mi brazo y con violencia me saca del auto.

No se que está pasando, escucho voces a mi alrededor pero no soy capaz de abrir los ojos. Me duele todo, a la vez me siento débil.

Vuelvo a jadear cuando siento que me arrastran por el asfalto. Siento como este va rasguñando mi piel.

Abro un poco los ojos, esa persona siguió halando de mi. Cuando se detiene me obliga a sentarme. Delante de mí, de rodillas, está la castaña que me ayudó a salir del restaurante. Está llena de moretones.

Hay un hombre detrás de ella apuntándola con una pistola.

Un auto se detiene, de este baja Louise. Se arregla el abrigo que lleva, detrás de ella vienen dos hombres más.

Por un momento me tranquilizo, pensando en que ella no permitiría que me hicieran algo. Tal vez llamaría a Archie.

— Eres muy difícil niña —murmura, se detiene junto a la castaña.

— Por favor no me hagan daño, por favor —suplica la chica entre sollozos— Por favor.

— Creíste que no iba a saber que nos ibas a traicionar —Louise la mira con asco.

Toma el arma del tipo que antes le apuntaba y sin mediar palabra le dispara en la cabeza. Provocando que la sangre salpique en mi rostro.

Me cuesta unos largos segundos reaccionar, el cuerpo inerte de la chica está delante de mí. Su sangre está esparcida sobre el asfalto.

Un sollozo escapa de mis labios, miro a Louise sin poder creer lo que a hecho.

— Es muy difícil hacer que desaparezcas —me mira con desdén— Súbanla al auto y limpien todo esto.

Dicho esto le devuelve la pistola al hombre y da media, y camina de regreso al auto.

— Tu ya viste suficiente.

Levanto la mirada justo cuando uno de ellos se acerca a mi sosteniendo un pañuelo blanco.

— ¿Qué? —susurro, me toma del cabello y pone el pañuelo sobre mi nariz con fuerza— ¡No!

Forcejeo con él, pero a medida que pasan los segundos siento como pierdo la fuerza y todo se vuelve negro.



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— ¡Despierta bella durmiente!

Grito cuando siento agua fría caer sobre mi, abro apenas los ojos. Nunca me había sentido tan débil y vulnerable como ahora.

Bajo la cabeza lentamente, mirando mi estado. Me tiene atada de pies y manos en una silla. Mi ropa está rasgada y sucia.

Miro a mi alrededor, buscando alguna señal de dónde estamos. Pero lo único que veo a mi alrededor es una habitación de color gris, sin muebles y con una ventana tapada con tablas de madera.

Samuel está delante de mí, con una sonrisa macabra. Se acerca a mí y toma mi cabello con tanta fuerza que el dolor me obliga a cerrar los ojos.

— No sabes cuánto me alegra ver como se a borrado ese aire de grandeza que tenías desde hace días —suelta mi cabello provocando que mi cabeza se haga hacia atrás.

— Tu manera de torturar... —Louise entra negando con la cabeza— Apenas ahora la haz despertado.

— Estaba esperando que llegaras, mamá —se cruza de brazos— Toda tuya.

Mi Destino © +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora