— ¡Gala!Noah se está poniendo de pie cuando alguien me llama.
Cayden se está acercando a nosotros con pasos apresurados, miro detrás de él para ver si veo a su acompañante. Pero no hay rastro de ella.
Me pongo el bolso en mi hombro cuando se detiene a mi lado.
— Escúchame, no es lo que piensas —Intenta tomar mi mano pero la alejo antes de que lo haga— Por favor, escúchame.
— No tengo ganas de escucharte, las cosas han quedado bastante claras.
— ¡Es que no es lo que piensas! —miro a nuestro alrededor disimuladamente. Estamos llamando la atención y eso sinceramente no me gusta.
— ¡Déjame en paz! —lo señalo con el dedo índice— no soy tu juguete, quédate con ella y a mi déjame vivir en paz, lejos de ti y todo tu drama con tu ex.
— Me estás juzgando sin antes escucharme —murmura, aparentemente dolido.
— Oye, disculpa —la castaña que antes había estado esperando para entrar al baño se acerca a nosotros. Sus ojos azules captan por completo mi atención. Me llama un poco la atención que vaya vestida con ropa un poco grande, como de hombre— Se te a quedado el celular —me lo acerca.
— Gracias.
Estoy apunto de tomar el celular cuando se escuchan varios disparos, seguidos de gritos y alborotos. Cayden se pone alerta, al igual que Noah.
Varios hombres con pasamontañas y armas largas entran al restaurante. Empieza a amenazar a las personas, mientras otros parecen buscar algo o a alguien.
— Gala Young —uno de ellos se detiene a dos mesas de donde estoy. En cuanto menciona mi nombre, se que algo malo va a pasar— tenemos un recado para ti.
Su gente empieza a salir del lugar, Noah me mira a los ojos y se que debo actuar rápido. Sin embargo, el hombre que antes me a llamado baja el cierre del abrigo y deja ver lo que lleva puesto.
— ¡Tiene una bomba! —grita una mujer horrorizada.
Como si fuera una escena de película, todo empieza a pasar lentamente delante de mí.
Cayden saca su arma de debajo de su camisa y apunta aquel hombre que ahora activaba la bomba. Dos disparos a mi lado se escuchan, el hombre que antes sostenía la granada cae al suelo sin vida, pero la bomba seguía su conteo.
— ¡Corran!
Escucho gritar a Noah. Pero el miedo me a paralizado, los nervios me traicionan.
Una mano tatuada toma mi muñeca, pienso que es Cayden pero no, es la chica que me a traído el celular. Me incita a correr, esquivando como podemos las sillas y mesas. Cayden va delante de nosotras empujando todo y a todos, a su paso. Haciéndonos un camino.
Pero es demasiado tarde, porque la bomba explota.
Caigo al suelo con violencia, llevándome conmigo a aquella chica. Un pitido en mis oídos me aturde y el dolor que va creciendo en mi cuerpo es indescriptible. Intento mirar a mi alrededor pero mi vista se a puesto borrosa.
Me quejo, me duele.
— ¡Asegurense que esa perra a muerto!
La chica a mi lado abre los ojos, intento acercarme pero hay algo en mi costado que me impide ponerme de pie. Ella se arrastra acercándose a mí.
— Tienes algo clavado —murmura, parece aún desorientada.
— Cayden... Noah —intento llamarlos.
Escucho pasos, pero no veo nada. Hay algunas cosas incendiadas, que me impiden ver más allá.
— Tengo que salir de aquí —murmuro en cuanto caigo en cuenta que vienen a terminar de matarme. Me siento como puedo.
— El baño, vámonos para el baño — la castaña me ayuda a ponerme de pie, y juntas, como podemos caminamos hacia el baño. Intenté buscar con la mirada a los chicos, pero el humo, el fuego y el dolor que tengo me lo impidieron.
Ella me recarga contra la pared e intenta cerrar la puerta del baño con seguro.
— Tengo que sacarte eso —se acerca a mi, su rostro está sucio al igual que su ropa. Lleva también una herida en su brazo.
— No, yo...
— Uno, dos... —antes de terminar toma el fierro y lo saca con rapidez. Un grito ahogado escapa de mi boca. La veo quitarse la camiseta, toma mi mano y me obliga a presionar la herida— Shh...
— Joder... —sollozo, ella se acerca a la ventana del baño y la abre— ¿Qué haces?
— Vienen por ti —me mira— y yo estoy contigo, si te matan a ti, me matan a mí.
— No puedo irme sin ellos — niego con la cabeza, ella parece se va a desmayar en cualquier momento o tal vez soy yo.
— Estas perdiendo mucha sangre — toma mi brazo y lo pasa por sus hombros— Te ayudaré a subir, lánzate como puedas al otro lado —la miro, niego con la cabeza— Por favor.
Noto el miedo en sus ojos, tiene miedo de morir. La he puesto en peligro y lo único que a hecho es acercarme mi celular.
Asiento.
Ella me ayuda a subir, muerdo mis labios para evitar gritar de dolor. Cuando tengo medio cuerpo afuera miro la distancia del suelo y no lo dudo, me dejo ir. El suelo me recibe en un golpe seco, jadeo de dolor y me revuelco.
La castaña cae a mi lado, pegándose en la herida de su brazo. Maldice una y otra vez en voz baja.
Nos olvidamos del dolor cuando se empiezan a escuchar disparos.
Me pongo de pie con esfuerzo, tomo el brazo de la chica y la ayudo ahora a ponerse de pie. Pasa su brazo por mi cintura y yo por su hombro.
— Mi auto, creo que podemos llegar a él.
— Nos podrían ver —murmuro, dejándome llevar por ella.
— Me verán irme a mi, no a ti. Prepárate para correr.
Ambas aceleramos nuestros pasos, yo no sé a dónde carajos me lleva, solo me dejo ayudar. Se detiene junto a un auto entro, busca en sus bolsillos con sus manos temblorosas. Yo por mi parte agacho junto al auto, llevo una mano a la herida y cuando veo mi mano está llena de sangre.
Abre la puerta trasera del auto, entro como puedo y me acuesto sobre el asiento trasero. Ella cierra la puerta, segundos después escucho como entra al asiento de copiloto y seguido pone el auto en marcha.
— Oye ¿Estás bien?
— Mmm.. si —murmuro, pero todo empieza a darme vueltas y su voz se escucha cada vez más lejos.
— ¡No cierres los ojos!
— No.. no —susurro, intento no cerrar los ojos.
— Escuc... tie... no...
Pero no puedo seguir escuchándola, no puedo más.
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Mi Destino © +18
RomanceUn accidente cambió por completo su vida. Sus recuerdos ya no estaban. Al cumplir la mayoría de edad fue contactada por alguien, debía volver al que dicen una vez fue su hogar. Ahora debe afrontar la realidad, amigos y enemigos. Un viejo amor y un n...