Nueve.

414 64 5
                                    

Una mirada dice lo que un corazón siente.

Karol S.

La cabeza me duele como nunca antes y diría que es la parte del cuerpo que más me duele y molesta en este momento pero estaría mintiendo. El ardor en mi mano es más grande.

Y cuando abro los ojos, entiendo por qué;

Me pusieron suero.

De inmediato me incorporo y la enfermera que al momento estaba preparando la medicina, se me acerca de inmediato.

—Tranquila, señorita. Solo tuvo un desmayo producto del accidente.

—¿Accidente? ¿Desmayo? ¿Qué pasa?

—La doctora está hablando con su esposo ahora mismo. —me explica.— La voy a llamar para que pueda explicarle mejor, ¿Si?

Asiento, la mujer me ayuda a acostarme de nuevo y me inyecta la medicina antes de marcharse.

Y unos minutos después, Ruggero y la doctora entran. Suspiro profundo. Me duele la cabeza.

—¿Qué pasó? —pregunto. Ruggero suspira.

—Nada grave... Esperemos que nada grave.

—Tuviste una hemorragia y tuvimos que dormirte para practicar algunos estudios. —comienza a explicarme la doctora.— Antes que nada, tranquila. Se descartó la posibilidad de un aborto espontáneo. No estabas ni estás embarazada.

Mi corazón siente calma al escuchar eso y un suspiro de alivio brota de mis labios.

Digo, obviamente anhelo ser madre. Pero no así.

Quiero estar sana antes de poder dar a luz.

—Lo que te sucede puede estar más relacionado al hecho de que cuando perdiste al bebé anterior, tuvieron que hacerte un legrado y eso lastimó tu útero debido a la gravedad del problema. —dice con calma.— Lo que por ende te causó un quiste que con medicina se ha desvanecido... Pero ahora, el problema es que los nuevos exámenes han arrojado la existencia de un tumor.

¿Un qué? ¿Cómo dijo?

Mi mirada encuentra la de Ruggero. Él mira hacia otro lado y suspiro.

—¿Eso qué significa?

—Necesito que te hagas unos estudios de urgencia para descartar el cáncer.

¿El qué?

No, Dios.

Esto no.

Lo que sea menos esto.

Ya te llevaste a mi hijo.

¿Qué más quieres de mi?

~~~~

Siento que las horas pasan lento desde que abandone el hospital para hacerme esos exámenes. Y de eso hace dos días.

He venido con Juliana porque Gio ya está trabajando y no puede faltar en su primer día.

Ruggero del mismo modo, ha ido a buscar trabajo y yo... Yo realmente estoy rogando que no se de el tiempo de venir.

Puedo soportar lo que sea, menos que él esté conmigo cuando me den una mala noticia.

Sea lo que sea que sucede, elijo saberlo sola. Sin nadie a mi alrededor por el bien de mi paz mental y la de todo el mundo.

—Karol Sevilla.

Nerviosa me pongo de pie, Juli lo hace también y toma mi mano.

Persona Equivocada, Momento Correcto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora