No hay mejor bendición que recibir la reciprocidad de todos aquellos a quienes das tu amor.
Karol S.
Diez y media de la mañana y voy ingresando a la clínica lista para esto.
He hecho todo lo que la doctora me pidió, Giovanna viene conmigo y Juliana dijo que nos esperaba aquí así que bueno, si estoy nerviosa.
Pero admito que lo bonito de todo es que Ruggero me despertó con un ramo de flores y el desayuno listo deseándome suerte. Y él no lo sabe, pero realmente la voy a necesitar.
—¿Llamo a la doctora?
Niego subiéndome a la camilla.
Me dijo que espere y es lo que haré.
Me acuesto y tomo mi teléfono mandándole un mensaje a Ruggero. Mensaje que de inmediato responde con una nota de voz.
—Te amo mucho, mucho, amor mío. Vas a estar bien, todo va a salir bien. Te amo.
Sonrío escribiéndole mi respuesta mientras Giovanna suspira.
—¿Aún no le has dicho?
Niego levantando la mirada.
Aún no le he dicho.
Y por cómo van las cosas, sé que no le voy a decir.
No quiero preocupar a Ruggero. Por eso espero que todo salga bien con esta operación.
Media hora después, la doctora llega y avisa que todo está listo para mis exámenes. Y tomando en cuenta que he Sido ingresada desde hace rato, me llevan en silla de ruedas.
Todo resulta sencillo.
Después de tantos sangrados, desmayos y malestares, he aprendido a tomarme estos exámenes con calma. Y por eso paso todo el día sin tantas novedades que contar.
Giovanna se queda conmigo hasta que Juliana termina su turno y hacen un relevo para que mi amiga pueda ir a comer.
—Helen te manda sus buenos deseos. —me dice Juli mientras trenza mi cabello.— Y Emilio te manda esto.
Pone una rosa en mis manos y me río agradeciéndole.
Que tierno.
No me gustan mucho las rosas, pero el hecho de que haya pensado en mi me hace sentir agradecida.
Es lindo cuando sientes que les importas a las personas.
—¿Estás lista?
—Bueno, me van a operar el útero, no el corazón o el cerebro gracias a Dios. —suspiro.— No me gustan las cicatrices pero supongo que voy a aprender a vivir con esta y ya. Es todo.
—Todo va a estar bien. —me asegura poniéndose frente a mí.— Sé que estás nerviosa y te entiendo, pero estarás bien. Esto es por tu bien.
Asiento llevándome el cabello detrás de la oreja, ella besa mi mejilla y pregunta si necesito algo. Niego bajándome de la camilla.
Necesito ir al baño.
Cuando regreso a la camilla, Juliana se encuentra sentada en la silla a mi lado con su teléfono en mano. Me dedico a dar vueltas por la habitación sin ganas de hacer nada más.
Creo que comienzo a arrepentirme de haber tomado esta decisión.
—Buenas, ¿Se puede?
Sonriente doy media vuelta, él me mira y sonríe en el proceso mientras se acerca a abrazarme.
ESTÁS LEYENDO
Persona Equivocada, Momento Correcto.
FanfictionUn año o una hora, no importa el tiempo que te pida. Tú no vas a estar ahí.