Cinco.

417 67 4
                                    

Cuando todo va mal, te imagino sonriendo y se me pasa. Ese es mi truco. Esa es tu magia.

Karol S.

Tres años después.

—Vamos a llegar tarde.

—Por supuesto que no. —aplico perfume en mi cuello.— Si es súper temprano todavía.

—Karol, son las doce. La graduación comienza a las doce y media.

—Ya, ya estoy lista.

Me miro al espejo y sonrío dando media vuelta para enfrentarle.

—¿Y? ¿Qué tan bonita me veo del uno al diez?

—Viente, ¿Nos vamos?

Ruedo los ojos y tomo su mano para seguirle fuera de la habitación.

Está más nervioso que yo y se supone que la que se gradúa soy yo.

Ruggero me mira y sonríe en el proceso mientras conduce, sonrío también poniéndome de lado para mirarle.

—¿En serio crees que estoy bonita?

—Estás hermosa, mi reina. Eres la más linda del universo. —toma mi mano y la besa. Sonrío.— El vestido te queda hermoso.

—Siento que lo estás diciendo por obligación.

—Vamos, Karol. No quiero discutir. —me dice. Sonrío.— Te dije que estás hermosa, sabes que estás hermosa. ¿Por qué quieres pelear?

Me río por lo bajo. Él vuelve a besar mi mano.

—Mira, lo encontré por fin.

Muestro mi mano con el anillo de matrimonio, se ríe y avisa que está muy lindo.

Digamos que pierdo mi anillo cada dos días y Ruggero siempre tiene que estar buscándolo. Pero ahora lo he encontrado sola, estoy feliz.

Bueno, es que siempre estoy feliz. Todos los días.

Digamos que... Ruggero me ha tenido viviendo un sueño desde que nos casamos. Hace dos años y cinco meses. Se siente genial.

Muchas cosas pasaron desde el momento en el que él llegó a mi habitación y me propuso matrimonio.

Por supuesto no acepté en ese instante, pero me sentí feliz de tener su compañía y eso me ayudó como motivación para ir con un psicólogo.

Tomamos terapias de pareja juntos y poco a poco entendí que realmente quería casarme con él. Entonces emprendimos esa nueva aventura.

Viajamos a Italia, conocí a su familia, compramos un bonito vestido de novia y un mes después nos casamos en una fiesta increíble y absolutamente inolvidable.

Y no, no puedo decir que ha sido perfecto porque definitivamente no lo es. Pero sí amo el hecho de que el amor que sentimos por el otro nos trajo hasta aquí.

Siempre tuve miedo de no encontrar a la persona adecuada y quedar soltera de por vida. Pero ahora mismo, soy feliz porque estoy casada y realmente siento que he conocido al amor de mi vida.

Aunque el primer año de matrimonio no lo sentí en lo absoluto.

Me creía dentro de un matrimonio arreglado en dónde los protagonistas se enamoran mil siglos después. Solo que a mí me costó un año.

Persona Equivocada, Momento Correcto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora