El departamento de la australiana era pequeño pero espacioso, se había independizado a los 17, cuando dejó Australia y desde entonces había estado viviendo allí. No era la mejor zona de Corea pero no estaba nada mal.
-¡Bueno Hae, bienvenida a tu nuevo hogar!... Por lo menos hasta que encontremos a tus dueños...- Comentó mientras colgaba la chaqueta en el perchero.
Dejó a la pequeña Hae en el suelo y avanzó a la sala
-¡Minho, ven aquí dormilón, quiero que conozcas a una chica linda!- Canturreó feliz ante la idea de una posible novia para su peludo compañero.
Pasó de largo, dejando sus llaves en el mesón que dividía la sala de la cocina y lanzó un par de miradas al pasillo que daba a su cuarto, ya que a el peludo le gustaba dormir allí siempre que ella salía
-¡Minho, ven aquí!- Insistió sin ningún resultado. Lisa se cruzó de brazos y miró a la gatita que caminaba a su alrededor- perdona, es un poco holgazán...¡Minho traje comida!- Al poco tiempo un gato llegó adormilado hasta su dueña. La de flequillo tomó a la pequeña ragdoll y camino hasta su gato, un perezoso Scottish fold- Hae, él es mí querido Minho y... ¡No, Hae no, déjalo!- Lily apartó rápidamente a la de pelaje blanquecino al ver como se lanzaba sobre Minho para atacarlo.
El pobre se erizó hasta la cola y huyó del salón con los pelos de punta, dejando a la rubia sorprendida ante la reciente acción de la felina que volvía a estar dócil ante sus ojos
-¡Hae mala, no puedes atacar a Minho!-la reprendió sujetándola frente a ella, pero sonrió al verla bajar las orejas en sumisión y no pudo seguir con su regaño- Bueno, te perdono, supongo que después de estar allí afuera sola debes tener un poco de miedo- sus propias tripas sonaron, Lily amplió los ojos y rio- Debes estar tan hambrienta como yo. Ven, te daré un poco de leche- Rodeó el mesón y abrió la nevera sacando una caja de leche y también un paquete de sándwich y queso-Esto para ti...- Colocó un tazón con leche frente a la gata y sonrió al verla beber- Vaya, para estar en la calle comes como toda una damita.
Preparó su sándwich y caminó hasta el sofá, una película y quizás un poco de helado la ayudaría a olvidar su roto corazón. Sin embargo después de una hora y media de netflix entendió que ni el helado ni la película ayudarían
-¡Estúpida Kyujin!- Sonó por enésima vez su nariz con una toallita absorbente, la hizo bola y volvió a tomar otra para repetir el proceso. Escuchó un maullido y al levantar la cara divisó a Hae frente al sofá mirándola atentamente- ¡Seis malditos meses y nunca se sinceró conmigo!- Bufó chequeando su celular para luego lanzarlo lejos- ¡Y ni una puta llamada!, ¡Ni un puto mensaje de disculpa, como si yo no hubiese existido!- Sorbió su nariz, y volvió a centrar su atención en la felina quien seguía atenta a sus movimientos- Se lo que piensas, ¿Soy patética, no? Me estoy desmoronando por una chica que justo ahora debe estar follando de lo más zorra con mi puta amiga- Mencionó, como si realmente aquel animal la estuviese entendiendo- Pero fueron seis meses, ¡Joder, seis putos meses! Y no deja de doler
Se recostó en el sofá y cubrió sus ojos con un brazo. Se sentía rota y traicionada, había vivido muchos momentos con Kyujin, antes de ser novias eran amigas y eso lo empeoraba todo
-La historia siempre se repite- susurró Lily, vencida- Quizás deba dejar de intentarlo...
Volvió a sollozar. sus relaciones siempre terminaban de ese modo, sus ex solían decir que ella no era muy cariñosa en sus relaciones o que no dedicaba suficiente tiempo, y que ese era su error
¡Nunca tienes tiempo para mí!
¡Solo te importa el sexo Lily!
¡Quieres más a ese apestoso gato que a mí!
¡Lily Morrow, ni siquiera me estas escuchando!
Eso y más eran palabras de chicas con las que salió alguna vez y la última que llegó a su mente fue la que término por abrirle los ojos:
¿¡Por qué nunca dices que me amas Lily!?, ¡Estoy segura que incluso si me acostara con tú mejor amiga frente a tus ojos no te importaría en lo absoluto!
Eso había dicho Kyujin en su última discusión, yacían dos semanas de eso. Ese era otro de sus errores, la australiana jamás decía te amo, pero eso no significaba que no la haya querido. Lily era muy sincera y solía dejar las cosas claras desde el inicio, aunque parecía que al final sus parejas terminaban por olvidarlo y era ella quien salía lastimada. Volvió a su mente el beso entre Eunchae y Kyujin, jamás había notado nada extraño entre ellas hasta esa noche, ¿Seria posible que ya desde entonces hayan tenido un romance?, si bien la rubia tenía el don de alejar a las chicas, su tiempo se dividía entre el estudio de baile, pagar cuentas y cuidar de su gato, incluso sus amigos eran prioridad. Joder. ¿porqué no podía simplemente ser una buena novia? ¿Qué tan difícil podía ser?. Las lágrimas volvieron a nublar su vista y antes de volver a llorar sintió un peso sobre su cuerpo. Miró al frente notando a la gata mirándola desde su pecho
-Es mí culpa Hae, siempre término alejando a todos de mi-confesó entre sollozos. De algún modo siempre terminaba haciendo daño sin proponérselo. Sintió la pequeña pata del animal tocar su nariz y luego ladear la cabeza de forma adorable, ese gesto hizo sonreír a la rubia quien se quedó encantada con la mirada grisácea de la felina- Tienes unos ojos preciosos Hae- Lily acarició su cabeza y en respuesta ésta ronroneó- Veo que a alguien le gustaban los mismos- No sé como tus dueños te perdieron de vista pero prometo que yo cuidaré de ti.
Otro mas
Voten si quieren :)
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Me enamoré de mi gata > HaeLy
FanfictionLily había tenido una fuerte discusión con su novia, Kyujin. ¿Cómo había sido capaz de besar a Eunchae?. Maldita coreana Se sentó en una desgastada banca del parque y contempló las estrellas. Pero no contaba que por un deseo su vida daría un giró in...