27- JEYE LA PROTECTORA

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Haewon y Jinsol llegaron a la casa del árbol, la coneja había tenido a sus pequeños lejos de los humanos. La casa del árbol estaba en un pequeño parque poco transitado, lo que venia bien para ella y sus gatitos.

-¡Haewon, si subo allí me mataré!

-No creo que esa casita aguante nuestro peso Bae...

Ambas chicas miraban desde abajo la casa, no muy convencidas de subir. Era vieja y la madera debía estar podrida y quebradiza. Como gatas no habría sido un problema subir, pero después de que Jinsol cayera trepando la tercera tabla, habían optado por buscar otro modo.

-¡Conejaaaa, Jeyeeee!- Jinsol gritó a todo pulmón - ¡Asómate, maldita coneja, sé que me oyes!

-Jinsol para, vas a alertar al vecindario.

-Estamos en un parque, aquí puedo hacer lo que quiera- Aclaró Jinsol volviendo a ver hacia arriba- ¡Hey Coneja, será mejor que...! ¡Aush!- La castaña oscuro bajó la mirada y chilló de dolor.

La azul ruso, Jeye, luchaba contra su pie sin piedad, haciendo a Jinsol saltar y agitar su pie herido en un intento de librarse de sus garras y dientes.

-¡Haewon haz algooo!

-¡Jeye basta, suéltala!- Exclamó sorprendida por la ferocidad de su amiga, la gata gruñía sin dejar de morder el tobillo de la otra- ¡Jeye, soy yo, Hae!

-¿Hae?- Bufó cuando Jinsol aprovechó su descuido para zafarse - ¡Malditas humanas, lárguense de aquí!

Volvió a gruñir en advertencia, no dudaría en atacar de nuevo. ¿Por qué estaba tan rabiosa? Haewon no entendía la actitud de su amiga. Jeye siempre fue ruda, aunque jamás atacaba a los humanos-

-¿¡Jeye, que te ocurrió!?- Haewon se preocupó al verla cojear Intentó acercarse pero la gata lanzó un manotazo y gruñó.

-¡Aléjense!

La gata seguía maullando y gruñendo en desafío, no iba a permitir que las chicas subieran al árbol.

-¡Jeye, soy Hae y ella es Bae, somos tus amigas!

La gata parecía indagar en sus palabras, pero rápidamente negó.

-Tontería de humanos.

-¿¡Es la verdad maldito CatCrush, que diablos sucede contigo!?

La gata se paralizó.

-¿¡Bae!?- Sólo Jinsol la llamaba de aquel modo- ¿Realmente son...?

-Si Jeye, somos nosotras

-¿¡Ay por todos los gatos, realmente pueden entenderme!?

-Si Jeye, ya te dije, somos gatas.

Jeye se acercó a Haewon y la olisqueó. De inmediato bufó retrocediendo.

-Hueles diferente.

-Es una larga historia Jeye, pero tienes que creernos- Rogó Haewon- ¡Mira, les trajimos de comer!- Dejó las bolsas cerca de la gata y se apartó.

Jeye metió el hocico en la bolsa, y al comprobar que era verdad comenzó a comer apresurada.

-¡Dios, pareces un maldito animal tragando, déjale algo a la coneja!

La gata se alejó, lamiendo sus patas.

-Lo siento chicas, no he comido en días.

-¿Pasó algo con tus dueños?- Preguntó Haewon, notando que en efecto, la felina estaba bastante delgada.

Me enamoré de mi gata > HaeLyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora