42- SINTÉNDOTE

447 75 76
                                    


Haewon y Lily seguían en la cama, después de un rato bajo las estrellas volvieron a la casa para descansar. La castaña estaba más feliz que nunca. En su mente sólo aparecía una y otra vez las palabras de la rubia. Y yo a ti Hae. Sonrió grande y abrió los ojos. Su sonrisa se ensanchó aún (Si es que eso era posible). Sus ojos felinos se achicaron del todo, dándole una apariencia aniñada.

Allí estaba, en brazos de Lily como las noches atrás en su departamento. En toda su vida felina nunca había sentido atracción por otra gata, pero esa humana había cambiado todo a sus esquemas, la quería a ella, quería que fuese ella quien la hiciera sentir.

Sé acurrucó aún más en Lily, dejando su cara oculta en el cuello de la más alta. Otra vez su aroma. ¿Por qué huele tan bien?. Inhaló con fuerza, disfrutando de la fragancia natural de la chica. Su celo estaba pronto a volver y temía actuar de un modo alocado (De nuevo). ¿Pero cómo evitarlo? está tan buena...

Se mordió el labio mirando su cuello y se estremeció. La calma con la que respiraba la australiana y la forma en la que sus labios permanecían húmedos y entreabiertos mientras dormía tenían a la felina sin poder dormir.

Haewon se aventuró a rodar sus labios por ese trozo de piel. La tentación era mayor que su cordura y vaya que valió la pena cuando escuchó un sonido de placer por parte de la rubia. Sintió como su parte sur se contrajo de necesidad ante ese sonido y se atrevió a repetir el proceso. Está vez fue su lengua quien decidió jugar, con calma y disfrute recorrió en círculos el cuello de la rubia.

Su cuerpo ardía cada vez más, y su cordura flaqueó al oír un gemido de Lily. Con agilidad se subió del todo sobre la rubia sin parar los besos que se habían esparcido a lo largo de su cuello. Su lengua y sus dientes luchaban por dominar y recorrer toda esa zona de la rubia.

Por otra parte Lily empezó a removerse. Sentía un peso cálido sobre ella, uno cómodo y reconfortante, pero también una humedad en sus bragas y un cosquilleo en su cuello ¿Aún estaba soñando? Porque esa sensación era simplemente placentera. Sus ojos se abrieron poco a poco en busca de la causa de esa sensación, y casi suelta un gemido al ver la escena. Haewon sobre ella con los ojos cerrados y meciéndose en sus caderas de forma tortuosamente lenta.

-Mmm Lily...

¡Santa mierda, se estaba masturbando encima de ella!. El corazón de Lily bombeaba apresurado, al igual que su húmedo centro. Y es que joder, ¿Quién no se enciende teniendo a la mismísima Oh Haewon frotando su vagina sobre ella? ¡Esto es el puto cielo! (N.A. > En el live del cumpleaños de Jiwoo fue al revés). La australiana con cautela se atrevió a apoyar sus manos en los costados de la castaña. A la mierda su sentido racional y la constante idea de que la chica sobre ella era un felinos. Es más mujer que cualquiera con la que había follado.

-Joder- Susurró cuando la vio curvarse en respuesta a su agarre y casi tiene un orgasmo al verla gemir y suspirar con necesidad.

-Lily... Te necesito- Murmuró.

Haewon aún no se percataba de que la rubia hacia rato había despertado. Estaba tan inmersa en su placer que habían olvidado incluso donde estaba. Lily en cambio tenía todos sus sentidos puestos en la coreana, quien mordisqueaba su labio para contener gemidos, y jadeaba cuando su vaivén lograba un roce exquisito.

Lily no pudo más con esa imagen. La hizo girar sobre la cama. Dejando a la de ojos felinos bajo de si.

La castaña reaccionó aún jadeando, pero no pudo hacer más que soltar un chillido cuando la boca de Lily se lanzó a su cuello, besándolo de forma hambrienta y necesitada. La lengua de la australiana hacía un recorrido desde su cuello hasta su clavícula y subía para repetir el proceso con necesidad.

Me enamoré de mi gata > HaeLyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora